CAROLINA PRADO: EL MAPEO COMUNITARIO DE LA ZONA ALAMAR: MAPEO COMUNITARIO, PARTICIPACIÓN PÚBLICA Y JUSTICIA AMBIENTAL
Original publication in English: https://www.mdpi.com/1660-4601/18/3/1349/htm
Resumen
Los proyectos de cartografía comunitaria se han estudiado como contribuciones importantes a la justicia ambiental y los Sistemas de Información Geográfica de Participación Pública (PPGIS). En la región fronteriza México-Estados Unidos, se creó el “Mapeo Comunitario de la Zona Alamar” como mecanismo de participación comunitaria en el proceso de planificación urbana en Tijuana, México. Este documento describe el proceso del mapeo comunitario, incluida la planificación, la recopilación de datos, la identificación de prioridades y el envío de datos al IMPLAN. Los resultados de este proyecto de mapeo comunitario se analizan incluyendo (1) las prioridades de la comunidad, (2) la influencia que tuvieron los datos del proyecto en el proceso de planificación urbana y (3) el impacto que tuvo el proceso del mapeo comunitario en la capacidad de las organizaciones comunitarias. Nuestros resultados apuntan a desafíos ambientales particulares en esta ciudad fronteriza, incluidos los tiraderos clandestinos de basura, y una contribución importante al plan urbano de la ciudad a través de la identificación de problemas y la verificación del terreno. El proyecto de mapeo comunitario también tuvo un impacto clave en la organización comunitaria a través del conocimiento y las relaciones entre los miembros de la comunidad y los representantes del gobierno en la agencia de planificación urbana de la ciudad.
- Introducción
Históricamente, la ciudad de Tijuana ha encarado un rápido crecimiento urbano acompañado de (in)justicia ambiental y de riesgos para la salud dentro de su comunidad urbana. Dos organizaciones que trabajan en estos temas son el Colectivo Salud y Justicia Ambiental (anteriormente llamado Colectivo Chilpancingo) y el RECIMEC (Red de Ciudadanos por el Mejoramiento de las Comunidades). Estos organismos utilizaron la estrategia de mapeo comunitario para atender algunos de estos asuntos. En el año 2015, Magdalena Cerda, directora de campaña del Colectivo, recibió información a través de la red organizativa de políticas en Tijuana de que el IMPLAN (Instituto Metropolitano de Planeación de Tijuana) proyectaba actualizar el Plan Parcial (Plan Específico de la Zona Alamar). Este plan urbano delinearía las prioridades para uso de suelo y para los proyectos de los siguientes diez años. Ese mismo año, el Colectivo decidió crear un proyecto de mapeo con el objetivo de sumar sus propias prioridades al Plan Parcial. En el 2017, el RECIMEC se unió al proyecto para cubrir un mayor conjunto de comunidades dentro del área de acción del Plan Parcial.
Con este proyecto se colaboraría con IMPLAN para: 1) identificar las prioridades de la comunidad, las cuales se incluirían en el Plan Parcial, y 2) localizar las coordenadas exactas en las cuales se asientan los bienes y las lacras ambientales en las áreas circundadas por el plan. En la siguiente sección, trazaré las primeras sesiones del proceso de mapeo. Aunque la Zona Alamar delimitada por el IMPLAN es un polígono de 122 kilómetros cuadrados aproximadamente, las siete colonias que se sondearon son solamente 11.07 kilómetros cuadrados de dicha área. Este documento describe el proceso de mapeo comunitario y analiza sus resultados identificando (1) las prioridades de justicia ambiental de la comunidad en sí; (2) los modos en los cuales este proyecto influyó en el Plan Parcial; (3) los impactos del proyecto en la organización comunitaria de ambos grupos. Primero, perfilamos los métodos para identificar prioridades y para capturar datos en el mapeo comunitario. Después, destacamos algunos temas claves en relación a la justicia ambiental en Tijuana y el papel de la Participación Pública en Sistemas de Información Geográfica (PPGIS). En los resultados, describimos tres áreas: Después de algunos diálogos sobre hallazgos esenciales y su relevancia para el campo, ofrecemos reflexiones finales.
- Proceso de mapeo comunitario: metodología y materiales
En el verano del 2015, el Colectivo y la doctora Carolina Prado comenzaron el proceso para el mapeo comunitario. El Colectivo decidió avanzar en cuatro fases: I. Identificar prioridades; II. Capacitaciones sobre mapeo; III. Captura de información/datos; IV. Organización de los datos y mapas.
Durante una reunión general del Colectivo por medio de procesos de educación popular, Aníbal Méndez, organizador del Colectivo Chilpancingo, y la doctora Carolina Prado comenzaron un diálogo para que las y los miembros del Colectivo comentaran sus prioridades sobre transporte, salud ambiental, polución, acceso a bienes ambientales (como espacios verdes y escuelas) y más. Por medio de receptáculos se organizaron los temas bajo los cuales diferentes asuntos podrían clasificarse, y a través de un proceso guiado las y los miembros depositaron ahí sus inquietudes acerca de escurrimientos de agua, estacionamientos para semitrocas y centros de reciclaje.
La capacitación sobre el mapeo estuvo organizada por Aníbal Méndez, el organizador comunitario de la campaña pro-ambiental fronteriza de la Coalición de Salud Ambiental (EHC por sus siglas en inglés). Esta capacitación incluyó un repaso de las razones por las cuales este mapeo se llevaría a cabo y un resumen de las prioridades identificadas por la misma comunidad. Fue una formación paulatina para aprender a usar el rastreador GPS, el Garmin eTrex Venture, capturar puntos de datos, y cómo incluir información adicional en nuestras planillas de mapeo. (Imagen 4 ilustra a un miembro del Colectivo utilizando estas herramientas durante una jornada de recopilación de datos). Estas planillas incluirían el nombre del negocio o empresa, el tipo de establecimiento y las notas sobre la problemática observada dentro y alrededor del sitio.
Figura 1: Sesión de recopilación de datos, 2015 (Carolina Prado)

Para capturar la información requerida, el Colectivo decidió formar equipos basándose en las colonias o los vecindarios en los que todas/todos habitan. La idea fue que esto facilitaría y aceleraría de una manera más precisa el proceso de captura pues las personas que viven en estas colonias conocen mejor las áreas dentro de las cuales capturarían los puntos de datos. Esta estrategia resultó ser provechosa ya que pudimos utilizar el tiempo y recursos de forma efectiva durante los tres meses dentro de los cuales recopilamos un total de 325 puntos de datos (respetando las variables de los temas delineados bajo las prioridades de la comunidad). La principal coordinadora de esta recopilación de datos fue la doctora Carolina Prado, quien condujo en auto a los equipos para realizar las jornadas.
Para agilizar la organización de los datos recopilados, Prado elaboró una planilla base de datos Excel. A través de esta base categorizó los puntos de datos bajo las prioridades de la comunidad para después elaborar como producto final una serie de mapas con las conclusiones. Estos puntos de datos y mapas fueron enviados a IMPLAN para su análisis e incorporación al Plan Parcial. Los mapas elaborados en el 2015 incluyeron imágenes que reflejaban un poco de la relación entre el tipo de daños ambientales y su proximidad con las personas que recopilaron la información. Por ejemplo, la Imagen A ilustra un mapa inicial que refleja la relación entre centros de convivencia y talleres mecánicos y al mismo tiempo los resultados de un estudio hecho anteriormente sobre contaminación del aire en la misma área.
Figura 2: Mapa de contaminación del aire y uso de suelo (Carolina Prado, 2015)

Aunque entregamos nuestros resultados para que fueran integrados al Plan Parcial, un cambio en la administración política resultó en una interrupción total del proyecto. Dos años después, en septiembre del 2017, las y los miembros del Colectivo y el IMPLAN se reencontraron para dialogar sobre el reinicio del proceso del Plan Parcial ese mismo año. Posterior a estos diálogos, se tomaron dos decisiones. Primero, el Colectivo determinó que era necesario actualizar la información del mapeo, pues dos años pueden traer grandes cambios a una región tan cambiante como la Alamar. Se pusieron al día los datos de 261 puntos, una tercera parte de estos puntos eran nuevos. En este proceso de actualización se invirtieron nueve sesiones de aproximadamente dos horas con diferentes miembros del Colectivo en cada una. Después, miembros del IMPLAN sugirieron que el proceso se expandiera a otras zonas del área de planeación del Plan Parcial, en particular, áreas adyacentes al río Alamar, un recurso ambiental clave en la región. El Colectivo encontró en esto una oportunidad para colaborar con el RECIMEC puesto que ya anteriormente se habían aliado para proteger a este río. A principios de diciembre de 2017, el Colectivo, la doctora Prado, y representantes del IMPLAN comenzaron el proceso para involucrar a miembros de RECIMEC en un ejercicio de mapeo en la comunidad para contribuir con sus propias prioridades y puntos de datos al Plan Parcial.
El primer paso en este proceso se relacionó estrechamente con las fases iniciales del proyecto del Colectivo mismo. El primer taller fue facilitado por la doctora Prado y miembras/os del equipo de mapeo del Colectivo, enfocadose en presentar el Plan Parcial a los representantes de RECIMEC. Castellanos presentó los elementos básicos del Plan Parcial y el Colectivo organizó una actividad para identificar los tipos de prioridades que a los miembros de RECIMEC les interesaba representar a través de sus mapas (Figura 3: Adela inicia el taller). Al final del taller, se organizó un calendario para el proceso de recolección de datos con las y los miembros de las tres comunidades: 10 de Mayo, Insurgentes y Granjas Familiares.
Figura 3: Miembra del Colectivo Adela presenta la actividad de prioridades para el mapeo (Diciembre 2017)

El 18 de enero del 2018 el equipo de RECIMEC y Carolina Prado recorrieron las tres comunidades para recabar los datos de esta región y contribuir al Plan Parcial. Se invirtieron cinco sesiones en colección de datos con equipos de mínimo cuatro personas, incluyendo al menos una persona del Colectivo que apoyaría a las y los organizadores de RECIMEC, cada sesión duró entre 2 y 3 horas. Al término de este proceso, el total de puntos de datos sumaba 119.
Una vez se finalizó la recopilación de datos, Prado compuso, con los programas ArcGIS y Photoshop, una serie de mapas por medio de los cuales presentó la información durante un taller en la comunidad en marzo del mismo año. En ese taller se implementó otra actividad para identificar las siete prioridades que cada organización evidenció como principales para el Plan Parcial y desde ese punto se organizaron por nivel de importancia. La última actividad durante este taller fue determinar medidas accionables para las prioridades. Por una parte para que pudieran ser abordadas desde el Plan Parcial y otra para llevarlas a cabo por medio de organización comunitaria. En este taller descubrimos que existían algunos puntos de datos ausentes en nuestros mapas. Con esto en mente concluimos con dos sesiones más de captura de datos ese mismo mes, una del Colectivo y una del área de RECIMEC. De ahí comenzamos desde cero para actualizar todos los mapas hasta entonces creados y agregar los nuevos datos.
Durante otro taller en el mes de mayo del 2018, los mapas y resultados que serían presentados al IMPLAN se organizaron por temas alrededor del Plan Parcial. Se imprimió y distribuyó el reporte completo entre las y los miembros del Colectivo Chilpancingo y de RECIMEC. Después de incorporar la retroalimentación recibida, las dos organizaciones formalmente presentaron el proyecto de mapeo comunitario al IMPLAN.
Este texto traza las áreas claves del proyecto de mapeo a través de un análisis sobre las prioridades comunitarias sobre justicia ambiental en la Zona Alamar, las cuales se dedujeron durante el taller y en las sesiones de recopilación de datos anteriormente mencionadas. Nuestra segunda pregunta investigativa procura evaluar la influencia del proyecto de mapeo en el desarrollo del Plan Parcial. Para responder esta segunda pregunta, compararemos las recomendaciones del Colectivo y de RECIMEC e información del reporte final remitido al IMPLAN en mayo del 2018 con la más reciente versión del Plan Parcial que nos entregó el IMPLAN posteriormente. Estos datos se complementan con dos entrevistas de informantes clave en el 2020 con miembros del personal de IMPLAN que estaban trabajando activamente en el Plan Parcial: Delia Castellanos y Belen Couoh. La tercera pregunta investigativa es sobre el impacto del proyecto de mapeo en la capacidad organizativa de la comunidad y se responde por medio de un análisis de una corta encuesta de diez preguntas tomada por quince de los participantes del proyecto. Además utilizamos algunos ejemplos de los proyectos que ambas organizaciones han emprendido y las repercusiones de estos en dicha capacidad organizativa.
- Revisión bibliográfica
En los Estados Unidos, la desigualdad ambiental se establece como un término que explica evidentes conexiones entre las instalaciones repugnantes (como vertederos de desperdicios) y la estructura racial y de clase de los vecindarios en donde estas se ubican[1]. Los cambios en los sistemas de producción global han definido la desigualdad ambiental aumentando la brecha entre las comunidades afectadas y los agentes responsables de esa degradación[2]. A pesar de que existe un entendimiento teórico de cómo esta desigualdad está determinada por dinámicas globales, la investigación en este tema es limitada a regiones no-fronterizas de los Estados Unidos, Europa y Australia[3]. Ciertamente se encuentra una cantidad de investigación sobre desigualdades ambientales globales[4], pero solamente una parte pequeña trata las condiciones singulares presentes en entornos fronterizos urbanos actuales. Estas zonas fronterizas exhiben desigualdades ambientales en dos contextos: entre los dos países vecinos y dentro de cada país, muy peculiares de zonas no-fronterizas[5]. Esta inequidad en el entorno fronterizo disemina la disparidad o distribución desigual de precariedades y de bienes ambientales[6], desigualdad procedimental o falta de participación de comunidades marginalizadas en la toma de decisiones ambientales[7] y reconocimiento de injusticia o a la exclusión de ciertos habitantes de intervenir en papeles participativos[8]. Característico de muchas zonas fronterizas, los temas ambientales emergen en Tijuana desde su convergencia entre el rápido desarrollo y la infraestructura e implementación de políticas ambientales irregulares. En relación a la actividad industrial en la región fronteriza de México-Estados Unidos, Tijuana y Ciudad Juárez, han priorizado el asentamiento de la industria maquiladora. En 2003, había 545 maquiladoras en Tijuana, en el 2012 solo 223[9]. Tijuana percibe otros contaminantes resultantes de la infraestructura y las necesidades de recursos de estas instalaciones —además de las vastas entradas de agua y caudales de aguas residuales—, la contaminación de suelo[10], sequías y falta de acceso a recursos hídricos[11], polución acuífera[12], contaminación del aire[13] y vertimiento ilícito de desperdicios[14].
En la investigación de la justicia ambiental, el mapeo ha sido útil para identificar peligros ambientales. El campo del mapeo se alarga e incluye un análisis trascendental de la forma en que la verticalidad descendente de ciertas tecnologías, como los Sistemas de Información Geográfica (GIS por sus siglas en inglés), excluye al conocimiento comunitario. En respuesta el sector de Participación Pública de GIS (PPGIS) ha expandido al mapeo para incluir métodos y tecnologías “espacialmente explícitos para la captura y el uso de información geográfica en el proceso de planeamiento participativo”[15]. El PPGIS ha sido distinguido como una forma para que miembros de la comunidad propicien la participación de otros miembros de la comunidad identificando decisiones favorables para uso de suelo y preferencias sobre el crecimiento[16]. Una pieza clave en el mapeo comunitario del PPGIS es que los miembros de la comunidad usan su conocimiento sobre la localidad para informar la valorización y el entendimiento sobre espacios específicos y las condiciones que los afectan[17]. El mapeo comunitario en la justicia ambiental integra habitantes lugareños para delinear los parámetros de diversos indicadores urbanos ambientales, tales como acceso a espacio azul[18] y casos de injusticia con el agua[19]. Hay dos debates en cuanto a los impactos de PPGIS en los cambios comunitarios y políticos. Primero, existe una tensión académica acerca de que si el PPGIS ha influido en realidad en el proceso de planeación de desarrollo urbano. Segundo, los investigadores subrayan la controversia de su uso como herramienta para la organización y el empoderamiento comunitarios. Los debates sobre sus impactos en el proceso de planeación urbana indican la presencia de limitaciones en las formas en las que el mapeo comunitario orienta las decisiones en el uso de suelo. Por una parte, se sostiene que la información del mapeo comunitario se utiliza de forma muy estratégica en la etapa de identificación de problemáticas durante el proceso de planeamiento urbano pero hay una necesidad mayor de aprovechar la información durante la etapa de intervención[20]. Un estudio descubrió brechas significativas entre evaluaciones de expertos de departamentos de planeación urbana sobre infraestructuras pro-ambientales en sus ciudades y valoraciones que los habitantes como usuarios del suelo perciben[21]. Sin embargo, la evidencia aún señala que los impactos del PPGIS en el proceso de planeación urbana están limitados por muchas otras razones, como la falta de recursos para apoyar una participación comunitaria más efectiva[22] y la resistencia de los planificadores[23] en su inclusión. El campo de PPGIS también se ha comprometido con el papel que este juega en la creación de capacidad organizativa en la comunidad. Algunos investigadores sostienen que el mapeo participativo contribuye para que los habitantes en sus comunidades se abran un sitio dentro de espacios en los cuales se toman decisiones sobre uso de suelo y de gestión ambiental[24]. Además, se insiste que estos mapas fortalecen a los habitantes de la comunidad brindándoles una forma de representarse a sí mismos a través de ellos[25]. Se ha demostrado que el proceso de mapeo comunitario genera un entendimiento del proceso de planeación y un impacto educativo que pueden tener incidencias positivas para la participación[26]. Por otra parte, sus críticos reconocen que no todas las organizaciones tendrán la posibilidad de utilizar tecnología e información GIS de modos efectivos sin el apoyo de expertos de campo[27].
- Resultados
Esta sección explica la problemática de asuntos de salud ambiental identificados por organizaciones colaboradoras y los resultados del proceso de recolección de datos sobre tales temas. Además, presentaremos las recomendaciones sobre las políticas resultantes del proceso de mapeo comunitario en el reporte final entregado al IMPLAN y, cómo estas se implementaron en el actual Plan Parcial. Por último, brevemente discutiremos el análisis de la encuesta tomada sobre las formas por las cuales el proyecto de mapeo influenció la capacidad organizativa de las y los miembros de las organizaciones.
4.1 Las prioridades de salud ambiental en la comunidad
Cuando comenzamos el proceso de mapeo en la comunidad de cada organización iniciamos con una sesión para compartir ideas que resultaron en una lista de problemas cruciales identificados por sus habitantes. Muchos de estos asuntos se discutieron y debatieron, y por medio de votaciones se decidieron los aspectos fundamentales para enfocar la recolección de datos. Aunque hay muchas prioridades compartidas entre ambas organizaciones, también encontramos importantes diferencias en el contexto regional.
En el área donde el Colectivo se desarrolla existe un alto índice de actividad industrial. Por lo tanto, la mayor atención se centra en el impacto de las plantas manufactureras y de las actividades que afectan a la comunidad. Como se observa en la Figura 4, temas primordiales incluyen servicios que asistan con el influjo de semitrocas —tales como estacionamientos, centros de fabricación de tarimas y talleres mecánicos. Así mismo, centros de reciclaje, maquiladoras y sitios contaminados por desagües.
Figura 4: 2015 Prioridades del Mapeo (Colectivo)

A diferencia del Colectivo, la zona en la cual RECIMEC se despliega está mucho menos desarrollada y presenta considerables necesidades de infraestructura. Mientras las y los miembros de la comunidad expresaron sus inquietudes relacionadas con salud ambiental, también enfocaron bastante atención sobre temas de infraestructura que afectan la seguridad pública. Los riesgos de salud ambiental descritos en la Figura 5 se refieren al acopio de desperdicio que en esta sección de la ciudad es irregular. Igualmente, la falta de servicios sociales y la cantidad de lotes abandonados se identificaron como asuntos impactantes en la salud y bienestar de sus habitantes.
Figura 5: 2017 Prioridades del Mapeo (RECIMEC)

Los temas principales en la Zona Alamar son los desagües, falta de infraestructura pública, lotes abandonados, basureros clandestinos, plantas industriales, plantas de reciclaje y alto tráfico debido a empresas como talleres mecánicos y estacionamientos de semitrocas. En la subsección de la zona en la cual reunimos datos calle por calle, encontramos amenazas ambientales considerables. Identificamos 20 desagües contaminados a los cuales estaban expuestos habitantes de áreas residenciales, zonas escolares y senderos/espacios públicos. La actividad industrial ha erosionado la salud ambiental en la región: identificamos 12 centros de reciclaje y 43 plantas manufactureras. Las 28 manufactureras de tarimas, 19 estacionamientos y los 5 talleres mecánicos especializados en semitrocas provocan un elevado tráfico de estos vehículos —también en zonas residenciales y escolares— y han dejado una profunda huella ambiental, especialmente en el área de trabajo del Colectivo (ver Figura 6).
Figura 6: Impactos del Transporte de Carga, Colectivo

Los riesgos a la salud ambiental y la infraestructura están íntimamente ligados en la región del Alamar (ver Figura 7). La irregularidad del acopio de desperdicio genera graves problemas, como 74 basureros clandestinos y seis zonas de quema de basura, especialmente en el área donde trabaja RECIMEC en la cual la quema ilegal es un tema álgido. En la Zona Alamar se encuentran 137 lotes abandonados que se han convertido en un riesgo de seguridad y salud puesto que representan un espacio perfecto para botar basura y/o llevar a cabo actividades ilícitas. También la Zona Alamar está necesitada de infraestructura pública que provea de servicios sociales. Por último, en nuestros esfuerzos de mapeo descubrimos que no hay una sola biblioteca y únicamente encontramos ocho parques para una población de 39,217 personas registradas en el 2010.
Figura 7: Lotes abandonados y tiraderos de basura/desperdicios, RECIMEC

Aunque se requieren mayores análisis de vulnerabilidad, un análisis colectivo de la relación entre los riesgos de salud ambiental y las escuelas confirmaron las ansiedades de muchas y muchos miembros de ambas organizaciones. Por medio de una actividad durante un taller descubrimos que muchos de riesgos de salud ambiental, como basureros clandestinos, soldaduras y manufactureras de tarimas, están demasiado cercanos a las escuelas. Todas las escuelas que analizamos presentaban al menos uno de estos riesgos de salud ambiental en un radio de 250 metros y en el 61% de las escuelas en el área que se mapeó se encuentran al menos diez sitios con riesgos de salud ambiental. Se requieren análisis más profundos para determinar áreas de vulnerabilidad adicionales en la región.
4.2 La influencia en el proceso participativo del Plan Parcial
El proceso de adopción de este reporte es complejo, ya que la administración política ha cambiado el mandato del proceso de planificación urbana en Tijuana. Justo antes de que enviáramos el informe del proyecto de mapeo comunitario a IMPLAN, hubo un cambio en la administración en diciembre del 2016. Por lo tanto, la información que proporcionamos a IMPLAN se revisó cuando la enviamos, el Plan Parcial se removió de las prioridades de la nueva administración de IMPLAN. La nueva administración trajo consigo una nueva prioridad: el Programa de Desarrollo Urbano para la Población Central o el acrónimo PDU CPT (utilizado en adelante). Este plan cubrirá las metrópolis de Tijuana, Tecate y Rosarito. Es un plan urbano a nivel macro que está programado completarse en el 2021. La actual administración de IMPLAN, a partir de 2020, tiene como prioridad este PDU CPT, y a partir de ahí se pretende trabajar en los planes específicos de la comunidad, como el Plan Parcial. Los informantes clave de este proyecto indicaron que es más probable que se revise el Plan Parcial entre 2021 y 2025. La influencia de este proyecto en el proceso de planificación urbana fue 1) la verificación de los datos de uso de suelo que tenía IMPLAN para la región del Alamar, 2) informando el análisis del diagnóstico del plan urbano metropolitano, y 3) destacando la urgencia de implementar el Plan Parcial de la Zona Alamar de una manera oportuna.
Aun que el retraso del Plan Parcial de la Zona Alamar es un retraso para los objetivos del proyecto de mapeo comunitario, los hallazgos del proyecto aún han impactado el proceso de planificación urbana. El impacto principal del proyecto, según las dos representantes del IMPLAN entrevistadas, es que el proyecto proporcionó una importante verificación a la información sobre el uso de la tierra que ya tenía IMPLAN. Delia Castellanos, exdirectora del Departamento Ambiental del instituto, indicó que los datos geo localizados proporcionados por el proyecto del mapeo ayudaron al personal de IMPLAN a verificar la precisión de su información y actualizar los mapas de uso del suelo que ya habían creado. Belen Couoh, Directora de Planificación Urbana y Territorial de IMPLAN, indicó que la contribución de este proyecto es especialmente imperativa, ya que el instituto generalmente carece de personal y fondos para poder realizar un trabajo de campo detallado para verificar la información recopilada por datos de satélite. Por lo tanto, los datos del mapeo de la comunidad fueron fundamentales para recopilar datos precisos y oportunos sobre el uso de la tierra y las actividades en la región, especialmente las que tienen un impacto en la comunidad.
Aunque la información sobre las prioridades específicas de la comunidad y las recomendaciones para las estrategias de planificación urbana aún no se han incorporado en el Plan Parcial, actualmente se están incorporando en el PDU CPT. Esta incorporación en el plan urbano metropolitano tiene dos funciones clave. Primero, crea un vínculo entre los objetivos a nivel macro del plan urbano metropolitano y las necesidades localizadas de la región de Alamar. Segundo, destaca la importancia de revisar el Plan Parcial de manera oportuna después de que el PDU CPT se haya convertido en ley. La influencia del mapeo en la sección de diagnóstico del plan urbano metropolitano permite que exista un vínculo importante entre las prioridades regionales y específicas de la comunidad de la Zona Alamar. Couoh dijo: “Hemos incorporado algunas de las prioridades clave, en torno a la infraestructura pública y los basureros clandestinos, específicamente, al PDU CPT para poder interconectar esta información con lo macro. De esta manera, cuando reiniciamos el trabajo en los planes específicos de la Zona Alamar, podemos prestar atención a estos problemas identificados.” Además, Belén indica que, aun que incluir estos problemas específicos de la comunidad en el plan metropolitano no exige legalmente que se aborden de manera oportuna, sí les da una mayor importancia en el plan de trabajo del IMPLAN. Ella dice, “el hecho de que estos problemas se muestren de una manera tan específica en el PDU significa que tienen una importancia crítica cuando se trata del medio ambiente […] aumenta la importancia de los problemas”. Esta incorporación estratégica en el plan metropolitano es importante para subrayar los problemas ambientales críticos recogidos del mapeo: falta de infraestructura pública y tiraderos clandestinos de residuos.
La tercera influencia que tienen los hallazgos del proyecto de mapeo comunitario en el proceso de planificación urbana es indicar la importancia de implementar un plan comunitario específico para la región de Alamar. El CPT PDU se está terminando en este momento y tendrá un impacto en los planes específicos de la comunidad que serán revisados en los próximos cinco años. La incorporación de los datos del mapeo comunitario ha resaltado las prioridades ambientales clave y ha demostrado la importancia de crear un plan urbano específico para la comunidad en la región de Alamar. Couoh indicó “Si los temas de la región de Alamar no están representados en el plan metropolitano, es complicado abordarlo en nuestro calendario institucional. La incorporación de esta información nos permite abordar las prioridades en un menor tiempo.” Belen Couoh reconoció que desgraciadamente esto no debe parecer una solución al corto plazo para los miembros de la comunidad. Couoh y Castellanos aludieron a la urgencia de estos temas, y cómo el proceso de planificación urbana no está necesariamente alineado con los procesos que están ocurriendo en las comunidades más impactadas.
4.3 Impactos en la capacidad organizativa de la comunidad
Además de influir en los resultados del proceso de planeación urbana, otro de los objetivos del proceso de mapeo fue fomentar la capacidad organizativa de ambos grupos. El Colectivo y RECIMEC tienen como meta forjar en sus comunidades una base de miembros que aborden asuntos del vecindario. Para examinar los impactos del proceso de mapeo en la capacidad organizativa de las y los participantes, se llevó a cabo una corta encuesta en mayo del 2018 durante el evento de cierre del proyecto.
La encuesta incluyó un cuestionario de escala de Likert y secciones para redactar las respuestas. El cuestionario instruyó indicar estar de acuerdo o no estar de acuerdo en respuesta a declaraciones como “Tengo seguridad en mi habilidad para hablar con mis vecinas/os sobre las injusticias de nuestra comunidad” y “Creo que este proyecto contribuirá a mejorar mi comunidad”. Los resultados fueron enormemente positivos, las y los participantes indicaron que el proyecto había sido muy provechoso para ellas/os (resultados claves en la Tabla 1). Un hallazgo interesante fue que la mayoría de las y los participantes reconocieron que el proyecto les había ayudado a identificar problemas en su comunidad y solo algunas/os participantes concluyeron que el proyecto les había ayudado a encontrar soluciones.
Tabla 1: Resultados de la Encuesta del Mapeo Comunitario, Mayo del 2018

Y aunque hubo menos soluciones que problemas identificados durante el proceso de mapeo, hubo al menos dos soluciones claves promulgadas a raíz del proyecto. Primero, el Colectivo pudo comenzar su campaña para identificar las fuentes y los impactos de sitios de aguas contaminantes. Esta había sido una preocupación activa de las y los miembros por años, el proyecto de mapeo proporcionó los puntos de datos para iniciar una investigación sistemática para establecer desde dónde venía el agua contaminada y por medio de una colaboración con investigadores de una universidad, determinar posibles agentes químicos. Segundo, un pequeño grupo de RECIMEC se reunió para hacer una petición formal de postes de alumbrado público para su comunidad. Durante el proceso de mapeo, este grupo identificó al menos ocho postes dañados que requerían atención de autoridades municipales.
Cuando se les invitó a compartir cuál les había parecido la parte más significativa del proyecto, once de quince participantes mencionaron la oportunidad de tejer una red de conexiones con otras y otros organizadores, y de trabajar en colaboración con ellas/os. El proceso de mapeo comunitario presentó un ejercicio de inter-organización y cooperación alrededor de la justicia ambiental, en particular entre activistas con amplia experiencia y residentes con mucha menos experiencia organizando en la comunidad. Una miembra de la comunidad comentó lo mucho que aprecia que “es un grupo tan unido, que todas/os participamos ayudando a nuestra comunidad”. Otro participante agregó que conocer a otras y otros había sido muy importante en su proceso de aprendizaje. Este proyecto de mapeo alcanzó a tener influencia en las soluciones propuestas para las prioridades de justicia ambiental identificadas y aunque relativamente modestas, el impacto integral en la capacidad inter-organizativa fue sólido pues ambas organizaciones continúan trabajando juntas y colaborando en sus metas mutuas.
- Discusión
Los hallazgos de nuestro proyecto que identifican las prioridades de salud ambiental están alineados con el campo de justicia ambiental existente. Los riesgos localizados como el tráfico de camiones, talleres de mecánica automotriz e instalaciones nocivas como fabricas se han identificado como problemas claves, históricamente. Sin embargo, además de estos indicadores anticipados, la especificidad de la región fronteriza ha creado riesgos de salud ambiental particulares. Por ejemplo, los talleres de racas no crean necesariamente condiciones peligrosas para los miembros de la comunidad, pero su ubicación dentro de áreas residenciales sí. Dado que los camiones recogen racas para su carga, estos talleres crean problemas de calidad del aire para los residentes. Además, otra prioridad clave que está influenciada por las especificidades de la región fronteriza es la de los basureros clandestinos y lotes abandonados. La ciudad de Tijuana, al igual que otras ciudades industriales fronterizas, enfrentó un rápido desarrollo y muchas áreas han experimentado diferentes oleadas de construcción en áreas residenciales debido a factores como la migración interna y externa. Esto ha dejado regiones de la ciudad como la Colonia 10 de Mayo con muchos lotes abandonados que se convierten en sitios de basureros clandestinos. Estos vertederos exponen a los residentes a desechos domésticos e industriales.
Las prioridades de salud ambiental identificadas por el proyecto de mapeo comunitario son importantes para ampliar la comprensión de las experiencias localizadas de la justicia ambiental fronteriza[28]. Es importante resaltar los tipos de experiencias que tienen los residentes en su medio ambiente y su salud para poder identificar futuras campañas de investigación y abogacía. Los hallazgos de este proyecto contribuyen al campo de la justicia ambiental global al señalar los tipos de actividades y riesgos que tienen confluencia con otros movimientos de justicia ambiental y los problemas que son específicos de la región fronteriza México-Estados Unidos.
Nuestros resultados se alinean con algunos de los hallazgos clave en el campo de los Sistemas de Información Geográfica Participativas (PPGIS). Una pieza clave del mapeo comunitario en el proceso de PPGIS es que los miembros de la comunidad utilicen su conocimiento local para informar la valoración de lugares particulares y las condiciones en las que influyen[29]. A través de nuestro análisis con representantes de IMPLAN, encontramos que los resultados del mapeo comunitario han informado el proceso de diagnóstico del plan urbano metropolitano. Los datos geográficos de riesgo para la salud ambiental sirvieron como base para la información limitada que la agencia tenía sobre la región este de la ciudad. Estos datos informaron los problemas críticos que el plan urbano metropolitano debe delinear como prioridades para el desarrollo urbano y la zonificación. Sin embargo, nuestro análisis subraya una dinámica criticada en la que los datos de mapeos comunitarios se utilizan a menudo en la etapa de identificación de problemas del proceso de planificación urbana y menos en la etapa de intervención[30]. Aun que los representantes de IMPLAN aludieron a que hubo cierta influencia en la creación de intervenciones para la región de Alamar, hasta la fecha no hay ejemplos concretos de esto en acción.
Se ha demostrado que un proceso de mapeo comunitario como este tiene diferentes impactos en la capacidad y organización de la comunidad. Las influencias clave de este proyecto fueron la construcción de una coalición entre el Colectivo e RECIMEC, así como la creación de capacidad para que estos miembros de la organización participen en el proceso de planificación urbana. Tener una colaboración horizontal entre las organizaciones de justicia ambiental en las ciudades fronterizas es fundamental para construir una base común para la abogacía. A través del proyecto del mapeo comunitario, las dos organizaciones pudieron trabajar juntas en equipos y comprender mejor las prioridades comunitarias de cada una. Las interacciones con los representantes de IMPLAN ayudaron a los miembros de la organización a comprender el proceso de planificación urbana y a identificar cómo pueden intervenir en él, un resultado identificado en otros proyectos comunitarios también[31]. Otro impacto crítico que tuvo este proyecto en la organización comunitaria fue el fomento de las relaciones entre los miembros de Colectivo, RECIMEC e IMPLAN. Hasta la fecha, los miembros de la organización Colectivo y RECIMEC continúan teniendo una línea abierta de comunicación con los representantes de IMPLAN en torno al desarrollo urbano y la zonificación en su región. Este tipo de construcción de relaciones es fundamental para poder alcanzar los objetivos como organizaciones.
Este proyecto de mapeo comunitario también enfrentó limitaciones importantes en su impacto. Primero, el rápido desarrollo urbano que enfrentan las ciudades industriales urbanas como Tijuana significa que la dinámica urbana está cambiando rápidamente. Incluso dentro de la brecha de dos años que vimos en nuestro proyecto entre la recopilación de datos de 2015 y 2017, vimos un cambio en el uso de la tierra. Por lo tanto, una recomendación para este proceso de planificación urbana es financiar y apoyar una actualización del proyecto del mapeo comunitario cada pocos años, y definitivamente antes de la publicación del Plan Parcial de la Zona Alamar en 2025. En segundo lugar, el Plan Parcial de la Zona Alamar incluye un área más amplia de la que las dos organizaciones involucradas tienen la capacidad de trabajar. Todavía hay otras colonias con las que participan en la recopilación de datos a nivel de calle y la identificación de prioridades. Una recomendación clave que se propone aquí es ampliar los datos para incluir otras comunidades de la región. Especialmente, el barrio de La Torres sería una adición importante. A partir de este proceso de proyecto de mapeo comunitario, identificamos un alto impacto de carga y muy pocas escuelas en esa Colonia.
- Conclusiones
Nuestros hallazgos apuntan a desafíos ambientales particulares en esta ciudad fronteriza, incluyendo los basureros clandestinos, y una contribución importante al plan urbano metropolitano a través de la identificación de problemas y la verificación del uso de suelo. El proyecto de mapeo comunitario también tuvo un impacto clave en la organización comunitaria a través del fomento del conocimiento y las relaciones entre los miembros de la comunidad y los representantes del gobierno en la agencia de planificación urbana de la ciudad. Estos resultados contribuyen a los campos de la justicia ambiental y los sistemas de información geográfica participativas. Además, los resultados apuntan a los próximos pasos que pueden emprenderse para continuar la participación pública en el proceso de planificación urbana y desarrollar la capacidad comunitaria para esta participación.
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