PATRICIA MONTES: CON ENFOQUE PERO FLEXIBLES

“El que mucho abarca poco aprieta”, dice el refrán.

A nosotras en el colectivo nos gusta trabajar con eso en la mente, nos concentramos en una campaña a la vez, y no porque no haya muchas necesidades, sino porque hemos encontrado que es la mejor manera de asegurarnos de terminar el trabajo, sobre todo cuando es complicado.

En los poco más de 20 años del colectivo, podemos decir que hemos hecho tres grandes esfuerzos. Los primeros 10 años nos enfocamos en el caso de Metales y Derivados; después un par de años en la campaña de aire y los últimos 10 años en el Alamar. Aunque mientras tanto en la comunidad aparecieron, y siguen apareciendo, muchos problemas, como los escurrimientos de agua sucia y de la maquila por la colonia, los basureros, el aumento de contaminación del aire en nuestras calles y otros riesgos parecidos que siguen siendo un gran pendiente para resolver.

Pero aun con esa forma de trabajo que tenemos, sabemos ser flexibles porque esos periodos largos ofrecen también la oportunidad de desarrollarnos y crecer. Por ejemplo, mientras estamos trabajando en un tema podemos tomar talleres, participar en círculos de estudio y actividades y reuniones con organizaciones parecidas a la nuestra. Aprendemos cosas importantes para la vida cotidiana que después nosotras podemos enseñarles a nuestros hijos.

Al principio yo como ama de casa pensaba que no podría pertenecer al colectivo porque no sabía bien lo que hacían y pensaba que era muy difícil, pero cuando pude asistir vi que cualquier persona puede integrarse al grupo y aprender las formas de organizarnos. Yo me integré al colectivo en el 2016, así que el tema principal en todo el tiempo que he estado en el equipo ha sido el Alamar. Pero al mismo tiempo pudimos, por ejemplo, durante el 2018 trabajar en el mapeo comunitario. Este segundo esfuerzo, aunque parecía diferente al tema del rescate del Alamar, al final sirvió para tener más elementos a la hora de gestionar con las dependencias del gobierno.

Yo animaría a la gente a que se organice para mejorar lo que necesiten en la comunidad en donde viven, solo hace falta ser organizados, enfocarnos y ser un poco flexibles para lograr cosas importantes.

YESENIA PALOMARES: UNA LUCHA QUE SE COMPARTE DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

Yo nací en Tijuana y toda mi vida he pertenecido a la comunidad del Murúa y el Chilpancingo. En el colectivo llevo 20 años y gracias a él he tenido oportunidad de conocer muchos lugares inesperados, pero también me he enterado de cosas que no imaginaba que afectan a mi comunidad, a mi familia e incluso a mi propio cuerpo. 

Originalmente me integré al Colectivo como cuidadora de niños, para que sus mamás y papás pudieran tener reuniones sin preocuparse porque estuvieran bien atendidos y entretenidos. Después de varios meses, sobre todo por la necesidad y el deseo de darles un ambiente más seguro a mis hijas, quise informarme y para poder entrar a las reuniones propuse que se rotara el cuidado de los niños. A partir de entonces me integré más activamente a proyectos como la grabación del documental “Maquilápolis“.

El documental se presentó en 2007 como parte de la gira Ambulante, en la que participaban Diego Luna y Gael García. Durante las giras para su presentación tuve oportunidad de viajar a Barcelona, donde el documental ganó un primer premio por el aplauso del público. También visitamos con él lugares en Estados Unidos, como San Antonio, San José y Oxford en Texas, y en México, Monterrey, Guadalajara, Puebla y Tamaulipas. 

De haber participado en el documental y su promoción aprendí, además del proceso de grabación, que es importante que toda la población conozca sobre esos temas. Mucha gente piensa que porque son cosas que suceden en una comunidad lejana no les afectan pero por ser asuntos de justicia y medio ambiente nos deben importar a todos.

También gracias al trabajo en el Colectivo comprendí por qué hace 26 años perdí un embarazo de seis meses. En aquel entonces yo no había tenido ningún problema pero un día tuve fuertes dolores en el abdomen y empecé a sangrar. Cuando fui a revisión médica, sin que el doctor o nadie pudiera explicar los motivos, coincidí con otras 20 o 25 mujeres embarazadas con el mismo problema. 

Cuando preguntaron de dónde íbamos, la mayoría respondimos que del Murúa, Otay, Loma Bonita y el Chilpancingo. Yo perdí a mi bebé y en aquel entonces mi preocupación era por qué me había pasado a mí. Años después supe que había una fuerte contaminación de plomo en mi comunidad, en gran parte por la planta de Metales y Derivados, que en 1995 seguía sin ser sellada. 

Más tarde, con las mediciones de plomo en la sangre de los niños, nos enteramos también de los riesgos a los que estaban expuestos nuestros hijos y hemos aprendido a organizarnos y ponernos en acción para poder conseguir comunidades lo más seguras posible.

Finalmente, mi inquietud inicial, que era proteger a mis hijas, sí fue atendida, pero no solo en el sentido directo de cuidarlas y ofrecerles un entorno más limpio: también al informarlas y ponerles el ejemplo de organización y lucha les hemos pasado la estafeta a ellas, a los hijos de las demás compañeras, y a sus hijos, para que en el futuro sean quienes luchen por lo que merecen, que es un entorno saludable. Ahora estoy emocionada porque mis nietos participan en el grupo de jóvenes.

ANA LANGARICA: LA VIDA JUNTO AL ALAMAR

La vida junto al Alamar

La vida junto al Alamar ha cambiado mucho desde la época en la que me invitaron a formar parte del colectivo, hace 16 años.

Al principio no quería porque mi segundo hijo era todavía muy pequeño, tenía meses de nacido, pero cuando me dijeron que ahí en el colectivo había quien lo cuidara durante las reuniones me animé.

Como yo vivo del otro lado del arroyo, en esa época tenía que cruzar el Alamar por un puentecito angosto de madera para ir a la oficina. Era complicado con la carriola en la que llevaba al niño, al atravesar el puente tenía que levantarla en una sola llanta para poder caber por el puentecito, aun así, nos gustaba detenernos a veces a ver los animales que llegaban y vivían en el arroyo.

Había patos, garzas y otras aves que les llamaban la atención a mis hijos, el menor todavía no hablaba, pero hacía sonidos y señalaba para que nos detuviéramos a verlas. Otras veces era yo la que veía primero a los animales y les avisaba.

El más grande de mis hijos entró al grupo de jóvenes dos años después de que yo empecé en el colectivo. Después, cuando fue creciendo el más chico y empezó a hablar, empezó a pedir que lo dejaran estar en el grupo de Jóvenes también, porque veía que sus primos y su hermano más grandes iban a las reuniones. Le respondían que no porque estaba muy chiquito, pero finalmente, después de mucho insistir, fue uno de los niños más pequeños en entrar al grupo.

Después, para la canalización del arroyo, construyeron unos túneles para que el agua bajara de las colonias hacia el canal y por ahí podíamos atravesar, pero pronto empezaron a correr aguas negras por los túneles y ya no quisimos cruzar por ahí.

Ahora no se puede atravesar directo el Alamar de una manera segura, hay que caminar junto al tráfico para llegar al bulevar Gato Bronco, y ahí esperar el transporte público que a veces no se detiene.

Desde aquellos años hasta ahora ha cambiado mucho no solo el panorama, ahora difícilmente se ven las aves y animales que en aquella época nos deteníamos a contemplar en el camino, pero también, con las caminatas más largas, el tráfico que ha aumentado y el caos que ocasiona el ruido que generan tantos carros y tanta gente, el ritmo de vida es otro. Si hubiera animales como antes no sé si habría tiempo u oportunidad de detenerse a verlos.

Pero, así como el paisaje y el ritmo han cambiado, también nuestras formas de organizarnos, nuestra conciencia como mujeres del colectivo y la del grupo de jóvenes, nuestras inquietudes y la manera en la que organizamos nuestras luchas.

Muchas mujeres y jóvenes hemos entrado, salido y permanecido en el colectivo durante estos años y cada quien ha dejado un impacto en el grupo, y eso también tiene un efecto en la comunidad, que, aunque no se nota tanto a simple vista como los cambios en las calles ahí está. 

Ana Langarica, junio 2021

LUCY FÉLIX: TEJIENDO ESPERANZAS Y LOGROS (WEAVING HOPE AND TRIUMPHS)

(English below)

Como decía mi abuela, “Si estamos aquí es por algo”. Me decía “Siéntate a los pies de las mujeres sabias, escucha, mira y aprende y después enseñas”.

Siempre miré manos trabajando, sanando, dando vida, creando cosas maravillosas con lo poco o mucho que el universo nos da, me di cuenta que soy un todo, que soy nada.

Aprendí viendo, tocando, preguntando, escuchando a mujeres llenas de sabiduría y con magia en las manos, las que aliviaban un dolor con un “sana, sana, colita de rana” y un poco de saliva en la herida o raspón, las que tenían su farmacia en la cocina. Esos seres que por más que pase el tiempo no se olvidan y siempre me recuerdan a las mujeres que habitan en mí. Soy niña, soy mujer, soy hija, soy hermana, soy amiga, soy madre, soy esposa, soy soñadora, soy mis ancestros, soy abuela, soy sabiduría, soy magia, soy sanadora, soy resiliente, soy aprendiz de la vida.

Nos separamos y tomamos rumbos y caminos diferentes sin olvidar nunca de dónde venimos, de dónde somos. El camino es distinto pero lo que nos cobija es grandioso, brillante y luminoso, te acogen otras tierras, otras oportunidades y otras personas.

En el camino en mi andar conocí a unas mujeres maravillosas que luchan por la justicia social y ambiental, que hacen valer sus derechos, que hacen que su voz se escuche, que saben lo que luchan.

Siempre pacíficas y con la camisa bien puesta, el azul siempre ahí, siempre fuerte. Siempre enfrente en momentos que me enorgullece estar presente hasta el día de hoy. Casi 18 años tratando de dar un alivio a quien nos cobija con amor.

Si la tierra hablara.

Si el aire hablara.

Si el agua hablara.

La naturaleza nos maravilla con su belleza, una belleza que no sabemos apreciar, que queremos devorar a través del consumismo, del poder, de la ignorancia.

Trabajamos unidas y sabemos que con fe, amor y esperanza se logran grandes cambios, por eso seguiré siendo la voz de quien tanto nos da, de quien no puede hablar, pero siente y manifiesta su dolor, un dolor que a veces no sabemos descifrar.

Me siento satisfecha, orgullosa y feliz de decir que soy promotora comunitaria y que formo parte del colectivo Salud y Justicia Ambiental, lugar donde sigo viendo y conociendo mujeres mágicas y con poder en su voz, lugar donde nos reunimos, analizamos, exponemos los problemas de la comunidad, buscamos soluciones, tomamos talleres, nos capacitamos, nos organizamos, empoderamos nuestros derechos y salimos juntas a luchar por dejar algo mejor para nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros semejantes, que respiren aire limpio, que pisen un suelo libre de plomo, libre de contaminantes; que vean correr agua, árboles que oxigenan el aire, y como dice una canción, le pido a Dios que me alcance la vida para poder regresar aunque sea tan solo un poco de lo mucho que me da.

Aquí andaremos tejiendo esperanzas y logros.

Lucy Félix – abril 2021

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WEAVING HOPE AND TRIUMPHS

As my grandmother used to say: “if we are here, we are here for a reason.” She would tell me “sit by the feet of wise women, listen, watch, and learn, and then teach.”

 I constantly saw hands working, healing, giving life, creating wonderous things with as much or as little as the universe give us. I realized that I am everything, I am nothing.

 I learned by watching, touching, asking, listening to women who were full of wisdom and had magic in their hands, who could alleviate a child’s pain with a “sana, sana, colita de rana” – a rhyme used with the same aim as “let me kiss and make it better” – and a bit of saliva on the cut or scrape, whose pharmacy was in their kitchen. Those souls who are never forgotten no matter how much time goes by, and who always remind me of the women who live in me. I am a child, I am a woman, I am a daughter, I am a dreamer, I am my ancestors, I am a grandmother, I am wisdom, I am magic, I am a healer, I am resilient, I am a student of life.

 We part and take our own roads and paths, never forgetting where we came from, where we are from. The road may be different, but we are all sheltered by something grand, sparkling and bright, we are embraced by other lands, other opportunities, and other people.

 As I’ve walked down my path, I met a group of amazing women who fight for social and environmental justice, who assert their rights, who make their voices heard, who know what they are fighting for.

Always peaceable and with their shirts proudly worn, that blue ever present, ever strong. Always at the front at moments that make me proud to be there to this day. Nearly 18 years of trying to give respite to those who shelter us with their love.

Ah, if the land could talk. If the air could talk. If the water could talk.

Nature wonders us with its beauty, a beauty we have not learned to appreciate, that we want to devour with consumerism, power, ignorance.

We work united, and we know that with faith, love, and hope, great changes can be achieved. That is why I will continue to be a voice for those who give so much, who cannot speak, but who feel and express their pain, a pain we cannot always unravel.

I feel fulfilled, proud, and happy to say that I am a community worker and a member of Colectivo Salud y Justicia Ambiental (Environmental Health and Justice Collective), a place where I continue to see and meet magical women with power in their voices; a place where we meet, study, and shed light on community issues. We look for solutions, participate in workshops, train, organize, empower our rights, and go out together to fight so we can leave a better place for our children, our grandchildren, our fellow human beings. For them to be able to breathe clean air, to step on lead-free soil, to see the water flowing, trees giving oxygen to our air and, as the song says, I ask God to let me live long enough to give back even a little of all He has given me.

We will be around, weaving hope and triumphs.

Lucy Félix – April 2021

SONIA PÉREZ: EL PLOMO Y LOS NIÑOS (LEAD AND OUR CHILDREN)

(English below)

Hace unos 15 años dos niños de mi familia estaban estudiando en el kinder Ana María Berlanga, que está ubicado unas cuadras más abajo del predio donde estaba Metales y Derivados. En ese tiempo estaba al descubierto todavía todo el plomo. 

En esos días yo no sabía los daños que el plomo podía causar, como el déficit de atención, pero lo que sí notábamos en mi familia era una diferencia muy marcada entre la capacidad de atención de los niños que estudiaban en el kinder cerca de Metales y Derivados con otro niño de la familia que había cursado el kínder en otra escuela, más alejada del sitio.

Era muy difícil para la familia porque no sabíamos por qué sucedía. Cuando empecé a involucrarme e informarme del trabajo del Colectivo, con los talleres supe que el déficit de atención podría estar relacionado con que los niños estaban expuestos al plomo. Después, gracias también al Colectivo, fue posible hacerles exámenes de plomo en la sangre a los niños y ellos dos salieron con niveles más altos que muchos otros niños a los que se les hicieron las pruebas.

Recuerdo que cuando no sabíamos de su situación y no entendíamos que no era culpa de ellos llegamos a presionarlos mucho para que se esforzaran más en la escuela, ahora me da remordimiento, pero al mismo tiempo me emociona pensar en las compañeras del Colectivo que consiguieron que finalmente se limpiara el sitio. Ellas nunca se dieron por vencidas, fueron insistentes. Corrieron la voz hasta que más vecinos nos enteramos y lograron que en el gobierno sintieran la presión… han de haber dicho “¿Sabes qué?, son mujeres que están organizadas, entonces no son simples amas de casa”. Con el peso de un grupo unido que supo mover a la colonia, tuvieron más peso.

Así afortunadamente consiguieron evitar que más niños atravesaran la situación tan difícil que vivieron estos dos pequeños en mi familia, y personalmente me deja la enseñanza de lo importante que es conocer el porqué de las cosas y no nada más juzgar a las personas sin saber sus motivos.

Sonia Pérez, Abril 2021.

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LEAD AND OUR CHILDREN

About 15 years ago, two children from my family were attending Ana María Berlanga kindergarten, which is located a few blocks down from the Metales y Derivados site. At the time, all of the waste lead was still exposed.

Back then, I did not know about the damage lead could cause, such as Attention Deficit Disorder (ADD), however, our family did notice a significant difference between the attention span of the children who attended the kindergarten near Metales y Derivados and that of another child from our family who had attended kindergarten at a different school, farther away from the site.

They were difficult times for our family because we did not know what was going on. When I started getting involved and finding out about the work of the Collective, I learned through the workshops that the children’s ADD could be related to lead exposure. Later, also thanks to the Collective, the children were able to get tested for blood lead level, and they both came back with higher levels than many of the other children tested.

I remember that, when we still did not know about their condition and did not understand that it wasn’t their fault, we would pressure them a lot to make more of an effort at school. I feel guilty now, but at the same time excited when I think of my peers at the Collective who achieved getting the site cleaned up. They never gave up, they were determined. They spread the word until more and more neighbors found out and made government officials feel the pressure… they must have said “you know what? These are women who are organized; they are not merely housewives.” As a united group that knew how to mobilize their community, they had more weight.

Their achievement kept other children from going through the difficult situation the two young children in our family went through, and it taught me personally how important it is to know the reason behind why certain things happen and not judge anyone if you do not know where they’re coming from.

Sonia Pérez, April 2021.

EVA LANGARICA: UN ESPACIO DONDE APRENDEMOS ENTRE MAMÁS E HIJOS (A SPACE WHERE MOTHERS AND CHILDREN CAN LEARN TOGETHER)

(English below)

El trabajo de muchas de nosotras, integrantes del Colectivo, está influido por nuestras ocupaciones como madres, y a la vez, muchas veces lo que hacemos en el trabajo en el colectivo influye en la vida de nuestros hijos.   

Incluso varias de nosotras recordamos las fechas en las que nos integramos porque lo relacionamos con las edades de nuestros hijos en aquella época. Por ejemplo, cuando yo me enteré de la existencia del Colectivo y de la problemática de la fábrica de Metales y Derivados, fue porque me contó una compañera que tenía una hija en el salón de mi hija, estaban en tercero de primaria. Ahorita mis hijas ya son profesionales, una es licenciada en enfermería y la otra es ingeniera, y tengo un sobrino que está por titularse de la carrera de ingeniería ambiental.

Varias de las integrantes del Colectivo empezamos a participar con un poco de resistencia, por la falta de tiempo, sobre todo por el cuidado de los hijos o nietos, pero curiosamente ya estando involucradas pronto nos dimos cuenta de las ventajas para nuestro entorno que nos da el trabajo que hacemos entre todas, y que más bien nuestros niños se ven beneficiados.

Nos ayuda que podemos empezar a involucrarnos al ritmo que nos permita nuestro propio tiempo, yo empecé como voluntaria nada más; cada mes iba a las reuniones pero después de un tiempo ya empecé a tomar los talleres y así fui invitando a otras que llegaron después de mí.

Otra cosa que también ayuda es que los niños y jóvenes aquí tienen su propio espacio; cuando vienen ya saben que solitos pueden llegar al cuarto que está para ellos y ahí se entretienen. Y lo bueno de que se vayan involucrando ellos también es que entre ellos van informando a los demás niños y jóvenes de la comunidad, a veces les preguntan qué hace su mamá aquí y ellos les platican. También el tema del medio ambiente lo han ido integrando a sus clases, en sus tareas, y sus maestros les han empezado a dejar trabajos sobre los mismos temas, y antes no era así.

Es una muy buena forma para que la información y el interés por asuntos del ambiente se extiendan por toda la comunidad, y así entre todos nos cuidemos, porque solo sabiendo con claridad lo que pasa donde habitamos podemos cuidarnos. 

Eva Langarica, marzo 2021

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A SPACE WHERE MOTHERS AND CHILDREN CAN LEARN TOGETHER

The work of many of us, the women of the Collective, is influenced by our role as mothers and, at the same time, much of the work we do in the Collective influences the lives of our children.  

In fact, many of us remember when we joined because we connect it to how old our children were at the time. For example, when I found out about the existence of the Collective and the issues at the Metales y Derivados plant, my daughter was in the third grade. It was the mother of one of her classmates who told me. My daughters have since graduated from college, one with a nursing degree and the other as an engineer, and I have a nephew who is about to graduate with a degree in environmental engineering.

Many of us at the Collective were hesitant to get too involved at first due to lack of time, particularly because we had to care for our children or grandchildren. However, once we got involved, we quickly realized that we could improve our environment through working together, and that this would benefit our children in the end.

It helps that we can start getting involved at our own pace as time allows. I initially got involved only as a volunteer, attending the monthly meetings, but after a while I started taking some of the workshops and started inviting some of the women who came after me.

Something else that also helps is that children and teens have their own space. Whenever they come, they know they can find their way to the room set aside for them where they can do their own activities. Having them get involved also helps because they can then start raising awareness with other kids in the community. Sometimes these kids ask them what their mom does here, and they tell them about it. They have also started bringing environmental issues into their classrooms, their homework assignments, and their teachers have begun giving them projects on the same topics. I didn’t use to be that way.

It is a great way for information about and interest in the environment to spread throughout the community, so we can all protect ourselves, because we can only protect ourselves to the extent that we are aware of what is going on where we live.

Eva Langarica, March 2021.

LUPITA LUJÁN: VEINTE AÑOS DE LUCHA ORGANIZADA… MÁS LOS QUE FALTAN (TWENTY YEARS OF ORGANIZED STRUGGLE… AND MORE TO COME)

• anibalmendez

(English below)

Es sorprendente la forma en la que las cosas y calidad de vida cambian cuando la organización y el trabajo los hacemos desde la misma comunidad. Antes de empezar a venir al colectivo yo no estaba muy enterada del peligro para la salud al que estamos expuestas en mi comunidad.

Mi hermana Lourdes, que ya participaba en el colectivo, me empezó a platicar de lo que hacían y de Metales y Derivados. Yo nunca supe del problema tan grave que había ahí donde estaba la fábrica, aunque afuera de ese predio yo vendía comida a los trabajadores de transporte.

Cuando se quemó esta fábrica, en los 90s, yo tenía casi cinco meses de embarazo, y como yo vivo en Chilpancingo toda mi casa se llenó de humo, igual que toda la colonia. A los días me puse muy mala y perdí a mi bebé. 

Me limpiaba la nariz y salía todo negro por el humo, y hasta ahora los doctores no me han dicho si fue por causa del incendio, pero como yo absorbí mucho de lo que era el humo, yo sí le echo la culpa a eso porque era plástico, baterías, mucho material tóxico. Lo mismo le pasó a otra compañera del colectivo.

Entonces ya me fue interesando más pertenecer al colectivo y ofrecí mi casa para tener las reuniones ahí, luego de un tiempo pudimos rentar un lugar para oficina, y aquí sigo después de varias dificultades, pero fuerte con el trabajo del colectivo.

Encuentro una diferencia muy grande entre aquel tiempo en el que no sabíamos a qué estábamos expuestas, porque las autoridades no nos daban información, al tiempo cuando nosotras empezamos a compartir los peligros y las condiciones de la comunidad y nos empezamos a enterar entre los vecinos. Por eso empezamos a organizar recorridos por la colonia, a mí me encanta contarles cómo era mi río, el que está a un lado de mi casa. En otros tiempos era un lugar para disfrutar un día con la familia, meternos al río, pero por culpa de las fábricas y el canal que construyeron años después todo eso se acabó y es una gran tristeza.

Ahora estamos más conscientes de los riesgos para la salud que se pueden presentar por diferentes razones, todas muy cercanas, y tenemos la intención y convicción de que la campaña en la que estemos trabajando, tardemos lo que tardemos, la vamos a llevar hasta el final. 

 Lupita Luján, Marzo 2021

Metales y Derivados: Photo – David Maung
December 13, 2003

Metales y Derivados. Photo – David Maung December 13, 2003 davidmaung@mac.com (+521 664) 287-7727 FOR USE ONLY IN EHC PUBLICITY MATERIAL THIRD PARTY USE PROHIBITED EXCEPT WITH PRIOR WRITTEN PERMISSION FROM PHOTOGRAPHER MANDATORY CREDIT: Photo – David Maung

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TWENTY YEARS OF ORGANIZED STRUGGLE… AND MORE TO COME

It is amazing how things and quality of life can change when the organizing and the work is done from the community itself. Before I started coming to the Collective, I was mostly unaware of the health hazards we are exposed to in my community.

My sister Lourdes, who was already involved with the Collective, started telling me about what they were doing with the Metales y Derivados brownfield site. I had never heard about the serious issues that existed where the plant used to be, even though I used to sell food to commercial drivers right outside that lot.

When the plant burned down in the 90s, I was almost five months pregnant, and because I live in nearby Chilpancingo, my house filled up with smoke, as did the rest of the neighborhood. A few days later I became terribly ill and lost my baby. 

I would blow my nose and it all would come out black from the smoke. To this day, the doctors haven’t told my if it was due to the fire, but since I breathed in so much of it, I do blame all the smoke. I mean, it was all plastics, car batteries, lots of toxic materials. The same thing happened to another peer from the Collective.

I started getting more interested in the Collective, so I offered to use my house to hold the meetings. Then, after a while, we were able to rent some office space, and here I am, after many difficult times, but still strong with the work of the Collective.

I see a huge difference between the days before when we did not know what we were exposed to, because the authorities did not give us any information, and later when we started informing our neighbors about the hazards and conditions in our community. That is the reason why we started the community tours, and I love telling people what my creek – the one right next to my house – used to be like. Back in the day, it was a place where you could enjoy the day with your family, jump into the river, but because of the factories and the concrete lining that was built years later, it all went away and that is a huge shame.

Today, we are more aware of the health hazards posed by different things, all very nearby, and we have the intention and the conviction to see things through to the end, no matter what campaign we are working on or how long it may take. 

Lupita Luján, February 2021.

VANESSA HERNÁNDEZ: UN RESPIRO EN CASA (TAKING A BREATH AT HOME)

• anibalmendez

(English below)

Estimado lector, me encantaría saber sobre ti porque creo que lo que más nos hace falta ahora es estar conectados, y no solo hablo de la pandemia, pero como no te alcanzo a escuchar empiezo yo. Te cuento. Soy mamá soltera de dos niños gemelos de casi seis años. Trabajo como asistente dental desde hace cuatro años.
Tengo que salir a trabajar de lunes a sábado cumpliendo de 36 a 38 horas por semana, quedándome una efímera ganancia de 1,800 pesos. No tengo automóvil, así que camino mucho y uso el transporte público, a pesar del riesgo que representa. Gasto 576 pesos de sueldo en este servicio, pero para poder ahorrar un poco, camino de regreso a casa ya de noche. Los precios de la despensa han aumentado, no saben lo ridículo que es pagar 90 pesos por una cartera de huevo cuando antes eran 60. Comprando las cosas más necesarias me llevo otra buena parte de mi sueldo; con una cantidad mínima que queda, tengo que acomodarme para pagar los servicios de mi hogar, renta, luz, agua, etc. La verdad es muy difícil para mí, pero trato de sobresalir día a día.

Afortunadamente he aprendido que solo tenemos una vida, así que hay que disfrutarla ahora sin importar las situaciones globales o en nuestro propio hogar. Así que aun con el cansancio de ser madre, el trabajo pesado y las complicaciones económicas busco el espacio para darme un respiro.

Últimamente he puesto más atención a mialrededor. Miro detrás de la gran nube gris. El sol sigue brillando, dando esperanza para seguir con mi camino, iluminando los días a pesar de los cambios. 

Gente de todos los países se ha estado enfermando, ha sido aterrorizante y desgastante. Los días del encierro en casa siguen marcando el calendario. La contingencia ha traído tanto cosas malas como buenas. Mi jardín se ve más brillante. Tengo visitas inesperadas, enmarcadas para darle un buen título. Me he dado cuenta de que hay más allá de la tragedia. No todo siempre es malo, aun en la noche más oscura parpadean las estrellas y en los días más nublados hay luz suficiente para ver las flores. Solo necesito un momento para tomar un respiro.

Vanessa Hernandez

Visitante inesperado en mi jardín. 

Vanessa Hernández

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TAKING A BREATH AT HOME

Dear Reader,

I would love to know a bit more about you, because I believe that what we need most right now is to be connected, and I’m not talking just about the pandemic. But since I cannot hear you, let me start us off. A bit about me: I am a single mother of twin six-year-old boys. I have worked as a dental assistant for the past four years.

I have to go to work Monday through Saturday, working 36-38 hours per week, all to earn a meager $1,800 pesos. I do not have a car, so I walk a lot and use transit, in spite of the risk that entails. Out of my earnings, $576 go to transit fares; however, to save some money, I walk back home at night. Grocery prices have gone up. You have no idea how ridiculous it is to pay $90 pesos for a carton of eggs, when it used to be $60. Buying just the most basic necessities takes up another large chunk of my wages, and what little is left I have to stretch to cover the house bills: rent, power, water, etc. Truth be told, it is pretty difficult for me, but I try to get better every day.

Fortunately, I have learned that we only have one life, so we have to enjoy it now regardless of what’s going on in the world or in our own home. So, despite the exhaustion from being a mom, working hard, and financial difficulties, I try to find space for me to take a breath.

Lately, I’ve been paying more attention to what’s around me. I look beyond the gray clouds. The sun still shines, giving me hope to continue on my path, lighting up my days regardless of the changes.

People all around the world have been getting sick, and it’s been terrifying and exhausting. The days of having to remain at home continue to fill the calendar. The pandemic hasn’t only brought bad things, but also some good ones. My garden looks more vibrant. I get unexpected visitors, framing it all under a better title. I have realized that there’s something beyond tragedy. It’s not all bad all the time; even in the darkest of nights the starts still twinkle, and on the gloomiest of days there is still enough light to see the flowers. I just need a moment to take a breath.

Vanessa Hernandez, February 2021

Carolina Prado, mapeo comunitario

CAROLINA PRADO: EL MAPEO COMUNITARIO DE LA ZONA ALAMAR: MAPEO COMUNITARIO, PARTICIPACIÓN PÚBLICA Y JUSTICIA AMBIENTAL

Original publication in English: https://www.mdpi.com/1660-4601/18/3/1349/htm

Resumen

Los proyectos de cartografía comunitaria se han estudiado como contribuciones importantes a la justicia ambiental y los Sistemas de Información Geográfica de Participación Pública (PPGIS). En la región fronteriza México-Estados Unidos, se creó el “Mapeo Comunitario de la Zona Alamar” como mecanismo de participación comunitaria en el proceso de planificación urbana en Tijuana, México. Este documento describe el proceso del mapeo comunitario, incluida la planificación, la recopilación de datos, la identificación de prioridades y el envío de datos al IMPLAN. Los resultados de este proyecto de mapeo comunitario se analizan incluyendo (1) las prioridades de la comunidad, (2) la influencia que tuvieron los datos del proyecto en el proceso de planificación urbana y (3) el impacto que tuvo el proceso del mapeo comunitario en la capacidad de las organizaciones comunitarias. Nuestros resultados apuntan a desafíos ambientales particulares en esta ciudad fronteriza, incluidos los tiraderos clandestinos de basura, y una contribución importante al plan urbano de la ciudad a través de la identificación de problemas y la verificación del terreno. El proyecto de mapeo comunitario también tuvo un impacto clave en la organización comunitaria a través del conocimiento y las relaciones entre los miembros de la comunidad y los representantes del gobierno en la agencia de planificación urbana de la ciudad.

  1. Introducción

Históricamente, la ciudad de Tijuana ha encarado un rápido crecimiento urbano acompañado de (in)justicia ambiental y de riesgos para la salud dentro de su comunidad urbana. Dos organizaciones que trabajan en estos temas son el Colectivo Salud y Justicia Ambiental (anteriormente llamado Colectivo Chilpancingo) y el RECIMEC (Red de Ciudadanos por el Mejoramiento de las Comunidades). Estos organismos utilizaron la estrategia de mapeo comunitario para atender algunos de estos asuntos. En el año 2015, Magdalena Cerda, directora de campaña del Colectivo, recibió información a través de la red organizativa de políticas en Tijuana de que el IMPLAN (Instituto Metropolitano de Planeación de Tijuana) proyectaba actualizar el Plan Parcial (Plan Específico de la Zona Alamar). Este plan urbano delinearía las prioridades para uso de suelo y para los proyectos de los siguientes diez años. Ese mismo año, el Colectivo decidió crear un proyecto de mapeo con el objetivo de sumar sus propias prioridades al Plan Parcial. En el 2017, el RECIMEC se unió al proyecto para cubrir un mayor conjunto de comunidades dentro del área de acción del Plan Parcial.

Con este proyecto se colaboraría con IMPLAN para: 1) identificar las prioridades de la comunidad, las cuales se incluirían en el Plan Parcial, y 2) localizar las coordenadas exactas en las cuales se asientan los bienes y las lacras ambientales en las áreas circundadas por el plan. En la siguiente sección, trazaré las primeras sesiones del proceso de mapeo. Aunque la Zona Alamar delimitada por el IMPLAN es un polígono de 122 kilómetros cuadrados aproximadamente, las siete colonias que se sondearon son solamente 11.07 kilómetros cuadrados de dicha área. Este documento describe el proceso de mapeo comunitario y analiza sus resultados identificando (1) las prioridades de justicia ambiental de la comunidad en sí; (2) los modos en los cuales este proyecto influyó en el Plan Parcial; (3) los impactos del proyecto en la organización comunitaria de ambos grupos. Primero, perfilamos los métodos para identificar prioridades y para capturar datos en el mapeo comunitario. Después, destacamos algunos temas claves en relación a la justicia ambiental en Tijuana y el papel de la Participación Pública en Sistemas de Información Geográfica (PPGIS). En los resultados, describimos tres áreas: Después de algunos diálogos sobre hallazgos esenciales y su relevancia para el campo, ofrecemos reflexiones finales.

  1. Proceso de mapeo comunitario: metodología y materiales

En el verano del 2015, el Colectivo y la doctora Carolina Prado comenzaron el proceso para el mapeo comunitario. El Colectivo decidió avanzar en cuatro fases: I. Identificar prioridades; II. Capacitaciones sobre mapeo; III. Captura de información/datos; IV. Organización de los datos y mapas.

Durante una reunión general del Colectivo por medio de procesos de educación popular, Aníbal Méndez, organizador del Colectivo Chilpancingo, y la doctora Carolina Prado comenzaron un diálogo para que las y los miembros del Colectivo comentaran sus prioridades sobre transporte, salud ambiental, polución, acceso a bienes ambientales (como espacios verdes y escuelas) y más. Por medio de receptáculos se organizaron los temas bajo los cuales diferentes asuntos podrían clasificarse, y a través de un proceso guiado las y los miembros depositaron ahí sus inquietudes acerca de escurrimientos de agua, estacionamientos para semitrocas y centros de reciclaje.

La capacitación sobre el mapeo estuvo organizada por Aníbal Méndez, el organizador comunitario de la campaña pro-ambiental fronteriza de la Coalición de Salud Ambiental (EHC por sus siglas en inglés). Esta capacitación incluyó un repaso de las razones por las cuales este mapeo se llevaría a cabo y un resumen de las prioridades identificadas por la misma comunidad. Fue una formación paulatina para aprender a usar el rastreador GPS, el Garmin eTrex Venture, capturar puntos de datos, y cómo incluir información adicional en nuestras planillas de mapeo. (Imagen 4 ilustra a un miembro del Colectivo utilizando estas herramientas durante una jornada de recopilación de datos). Estas planillas incluirían el nombre del negocio o empresa, el tipo de establecimiento y las notas sobre la problemática observada dentro y alrededor del sitio.

Figura 1: Sesión de recopilación de datos, 2015 (Carolina Prado)

Para capturar la información requerida, el Colectivo decidió formar equipos basándose en las colonias o los vecindarios en los que todas/todos habitan. La idea fue que esto facilitaría y aceleraría de una manera más precisa el proceso de captura pues las personas que viven en estas colonias conocen mejor las áreas dentro de las cuales capturarían los puntos de datos. Esta estrategia resultó ser provechosa ya que pudimos utilizar el tiempo y recursos de forma efectiva durante los tres meses dentro de los cuales recopilamos un total de 325 puntos de datos (respetando las variables de los temas delineados bajo las prioridades de la comunidad). La principal coordinadora de esta recopilación de datos fue la doctora Carolina Prado, quien condujo en auto a los equipos para realizar las jornadas.

Para agilizar la organización de los datos recopilados, Prado elaboró una planilla base de datos Excel. A través de esta base categorizó los puntos de datos bajo las prioridades de la comunidad para después elaborar como producto final una serie de mapas con las conclusiones. Estos puntos de datos y mapas fueron enviados a IMPLAN para su análisis e incorporación al Plan Parcial. Los mapas elaborados en el 2015 incluyeron imágenes que reflejaban un poco de la relación entre el tipo de daños ambientales y su proximidad con las personas que recopilaron la información. Por ejemplo, la Imagen A ilustra un mapa inicial que refleja la relación entre centros de convivencia y talleres mecánicos y al mismo tiempo los resultados de un estudio hecho anteriormente sobre contaminación del aire en la misma área.

Figura 2: Mapa de contaminación del aire y uso de suelo (Carolina Prado, 2015)

Aunque entregamos nuestros resultados para que fueran integrados al Plan Parcial, un cambio en la administración política resultó en una interrupción total del proyecto. Dos años después, en septiembre del 2017, las y los miembros del Colectivo y el IMPLAN se reencontraron para dialogar sobre el reinicio del proceso del Plan Parcial ese mismo año. Posterior a estos diálogos, se tomaron dos decisiones. Primero, el Colectivo determinó que era necesario actualizar la información del mapeo, pues dos años pueden traer grandes cambios a una región tan cambiante como la Alamar. Se pusieron al día los datos de 261 puntos, una tercera parte de estos puntos eran nuevos. En este proceso de actualización se invirtieron nueve sesiones de aproximadamente dos horas con diferentes miembros del Colectivo en cada una. Después, miembros del IMPLAN sugirieron que el proceso se expandiera a otras zonas del área de planeación del Plan Parcial, en particular, áreas adyacentes al río Alamar, un recurso ambiental clave en la región. El Colectivo encontró en esto una oportunidad para colaborar con el RECIMEC puesto que ya anteriormente se habían aliado para proteger a este río. A principios de diciembre de 2017, el Colectivo, la doctora Prado, y representantes del IMPLAN comenzaron el proceso para involucrar a miembros de RECIMEC en un ejercicio de mapeo en la comunidad para contribuir con sus propias prioridades y puntos de datos al Plan Parcial.

El primer paso en este proceso se relacionó estrechamente con las fases iniciales del proyecto del Colectivo mismo. El primer taller fue facilitado por la doctora Prado y miembras/os del equipo de mapeo del Colectivo, enfocadose en presentar el Plan Parcial a los representantes de RECIMEC. Castellanos presentó los elementos básicos del Plan Parcial y el Colectivo organizó una actividad para identificar los tipos de prioridades que a los miembros de RECIMEC les interesaba representar a través de sus mapas (Figura 3: Adela inicia el taller). Al final del taller, se organizó un calendario para el proceso de recolección de datos con las y los miembros de las tres comunidades: 10 de Mayo, Insurgentes y Granjas Familiares.

Figura 3: Miembra del Colectivo Adela presenta la actividad de prioridades para el mapeo (Diciembre 2017)

El 18 de enero del 2018 el equipo de RECIMEC y Carolina Prado recorrieron las tres comunidades para recabar los datos de esta región y contribuir al Plan Parcial. Se invirtieron cinco sesiones en colección de datos con equipos de mínimo cuatro personas, incluyendo al menos una persona del Colectivo que apoyaría a las y los organizadores de RECIMEC, cada sesión duró entre 2 y 3 horas. Al término de este proceso, el total de puntos de datos sumaba 119.

Una vez se finalizó la recopilación de datos, Prado compuso, con los programas ArcGIS y Photoshop, una serie de mapas por medio de los cuales presentó la información durante un taller en la comunidad en marzo del mismo año. En ese taller se implementó otra actividad para identificar las siete prioridades que cada organización evidenció como principales para el Plan Parcial y desde ese punto se organizaron por nivel de importancia. La última actividad durante este taller fue determinar medidas accionables para las prioridades. Por una parte para que pudieran ser abordadas desde el Plan Parcial y otra para llevarlas a cabo por medio de organización comunitaria. En este taller descubrimos que existían algunos puntos de datos ausentes en nuestros mapas. Con esto en mente concluimos con dos sesiones más de captura de datos ese mismo mes, una del Colectivo y una del área de RECIMEC. De ahí comenzamos desde cero para actualizar todos los mapas hasta entonces creados y agregar los nuevos datos.

Durante otro taller en el mes de mayo del 2018, los mapas y resultados que serían presentados al IMPLAN se organizaron por temas alrededor del Plan Parcial. Se imprimió y distribuyó el reporte completo entre las y los miembros del Colectivo Chilpancingo y de RECIMEC. Después de incorporar la retroalimentación recibida, las dos organizaciones formalmente presentaron el proyecto de mapeo comunitario al IMPLAN.

Este texto traza las áreas claves del proyecto de mapeo a través de un análisis sobre las prioridades comunitarias sobre justicia ambiental en la Zona Alamar, las cuales se dedujeron durante el taller y en las sesiones de recopilación de datos anteriormente mencionadas. Nuestra segunda pregunta investigativa procura evaluar la influencia del proyecto de mapeo en el desarrollo del Plan Parcial. Para responder esta segunda pregunta, compararemos las recomendaciones del Colectivo y de RECIMEC e información del reporte final remitido al IMPLAN en mayo del 2018 con la más reciente versión del Plan Parcial que nos entregó el IMPLAN posteriormente. Estos datos se complementan con dos entrevistas de informantes clave en el 2020 con miembros del personal de IMPLAN que estaban trabajando activamente en el Plan Parcial: Delia Castellanos y Belen Couoh. La tercera pregunta investigativa es sobre el impacto del proyecto de mapeo en la capacidad organizativa de la comunidad y se responde por medio de un análisis de una corta encuesta de diez preguntas tomada por quince de los participantes del proyecto. Además utilizamos algunos ejemplos de los proyectos que ambas organizaciones han emprendido y las repercusiones de estos en dicha capacidad organizativa.

  1. Revisión bibliográfica

En los Estados Unidos, la desigualdad ambiental se establece como un término que explica evidentes conexiones entre las instalaciones repugnantes (como vertederos de desperdicios) y la estructura racial y de clase de los vecindarios en donde estas se ubican[1]. Los cambios en los sistemas de producción global han definido la desigualdad ambiental aumentando la brecha entre las comunidades afectadas y los agentes responsables de esa degradación[2]. A pesar de que existe un entendimiento teórico de cómo esta desigualdad está determinada por dinámicas globales, la investigación en este tema es limitada a regiones no-fronterizas de los Estados Unidos, Europa y Australia[3]. Ciertamente se encuentra una cantidad de investigación sobre desigualdades ambientales globales[4], pero solamente una parte pequeña trata las condiciones singulares presentes en entornos fronterizos urbanos actuales. Estas zonas fronterizas exhiben desigualdades ambientales en dos contextos: entre los dos países vecinos y dentro de cada país, muy peculiares de zonas no-fronterizas[5]. Esta inequidad en el entorno fronterizo disemina la disparidad o distribución desigual de precariedades y de bienes ambientales[6], desigualdad procedimental o falta de participación de comunidades marginalizadas en la toma de decisiones ambientales[7] y reconocimiento de injusticia o a la exclusión de ciertos habitantes de intervenir en papeles participativos[8]. Característico de muchas zonas fronterizas, los temas ambientales emergen en Tijuana desde su convergencia entre el rápido desarrollo y la infraestructura e implementación de políticas ambientales irregulares. En relación a la actividad industrial en la región fronteriza de México-Estados Unidos, Tijuana y Ciudad Juárez, han priorizado el asentamiento de la industria maquiladora. En 2003, había 545 maquiladoras en Tijuana, en el 2012 solo 223[9]. Tijuana percibe otros contaminantes resultantes de la infraestructura y las necesidades de recursos de estas instalaciones —además de las vastas entradas de agua y caudales de aguas residuales—, la contaminación de suelo[10], sequías y falta de acceso a recursos hídricos[11], polución acuífera[12], contaminación del aire[13] y vertimiento ilícito de desperdicios[14].

En la investigación de la justicia ambiental, el mapeo ha sido útil para identificar peligros ambientales. El campo del mapeo se alarga e incluye un análisis trascendental de la forma en que la verticalidad descendente de ciertas tecnologías, como los Sistemas de Información Geográfica (GIS por sus siglas en inglés), excluye al conocimiento comunitario. En respuesta el sector de Participación Pública de GIS (PPGIS) ha expandido al mapeo para incluir métodos y tecnologías “espacialmente explícitos para la captura y el uso de información geográfica en el proceso de planeamiento participativo”[15]. El PPGIS ha sido distinguido como una forma para que miembros de la comunidad propicien la participación de otros miembros de la comunidad identificando decisiones favorables para uso de suelo y preferencias sobre el crecimiento[16]. Una pieza clave en el mapeo comunitario del PPGIS es que los miembros de la comunidad usan su conocimiento sobre la localidad para informar la valorización y el entendimiento sobre espacios específicos y las condiciones que los afectan[17]. El mapeo comunitario en la justicia ambiental integra habitantes lugareños para delinear los parámetros de diversos indicadores urbanos ambientales, tales como acceso a espacio azul[18] y casos de injusticia con el agua[19]. Hay dos debates en cuanto a los impactos de PPGIS en los cambios comunitarios y políticos. Primero, existe una tensión académica acerca de que si el PPGIS ha influido en realidad en el proceso de planeación de desarrollo urbano. Segundo, los investigadores subrayan la controversia de su uso como herramienta para la organización y el empoderamiento comunitarios. Los debates sobre sus impactos en el proceso de planeación urbana indican la presencia de limitaciones en las formas en las que el mapeo comunitario orienta las decisiones en el uso de suelo. Por una parte, se sostiene que la información del mapeo comunitario se utiliza de forma muy estratégica en la etapa de identificación de problemáticas durante el proceso de planeamiento urbano pero hay una necesidad mayor de aprovechar la información durante la etapa de intervención[20]. Un estudio descubrió brechas significativas entre evaluaciones de expertos de departamentos de planeación urbana sobre infraestructuras pro-ambientales en sus ciudades y valoraciones que los habitantes como usuarios del suelo perciben[21]. Sin embargo, la evidencia aún señala que los impactos del PPGIS en el proceso de planeación urbana están limitados por muchas otras razones, como la falta de recursos para apoyar una participación comunitaria más efectiva[22] y la resistencia de los planificadores[23] en su inclusión. El campo de PPGIS también se ha comprometido con el papel que este juega en la creación de capacidad organizativa en la comunidad. Algunos investigadores sostienen que el mapeo participativo contribuye para que los habitantes en sus comunidades se abran un sitio dentro de espacios en los cuales se toman decisiones sobre uso de suelo y de gestión ambiental[24]. Además, se insiste que estos mapas fortalecen a los habitantes de la comunidad brindándoles una forma de representarse a sí mismos a través de ellos[25]. Se ha demostrado que el proceso de mapeo comunitario genera un entendimiento del proceso de planeación y un impacto educativo que pueden tener incidencias positivas para la participación[26]. Por otra parte, sus críticos reconocen que no todas las organizaciones tendrán la posibilidad de utilizar tecnología e información GIS de modos efectivos sin el apoyo de expertos de campo[27].

  1. Resultados

Esta sección explica la problemática de asuntos de salud ambiental identificados por organizaciones colaboradoras y los resultados del proceso de recolección de datos sobre tales temas. Además, presentaremos las recomendaciones sobre las políticas resultantes del proceso de mapeo comunitario en el reporte final entregado al IMPLAN y, cómo estas se implementaron en el actual Plan Parcial. Por último, brevemente discutiremos el análisis de la encuesta tomada sobre las formas por las cuales el proyecto de mapeo influenció la capacidad organizativa de las y los miembros de las organizaciones.

4.1 Las prioridades de salud ambiental en la comunidad

Cuando comenzamos el proceso de mapeo en la comunidad de cada organización iniciamos con una sesión para compartir ideas que resultaron en una lista de problemas cruciales identificados por sus habitantes. Muchos de estos asuntos se discutieron y debatieron, y por medio de votaciones se decidieron los aspectos fundamentales para enfocar la recolección de datos. Aunque hay muchas prioridades compartidas entre ambas organizaciones, también encontramos importantes diferencias en el contexto regional.

En el área donde el Colectivo se desarrolla existe un alto índice de actividad industrial. Por lo tanto, la mayor atención se centra en el impacto de las plantas manufactureras y de las actividades que afectan a la comunidad. Como se observa en la Figura 4, temas primordiales incluyen servicios que asistan con el influjo de semitrocas —tales como estacionamientos, centros de fabricación de tarimas y talleres mecánicos. Así mismo, centros de reciclaje, maquiladoras y sitios contaminados por desagües.

Figura 4: 2015 Prioridades del Mapeo (Colectivo)

A diferencia del Colectivo, la zona en la cual RECIMEC se despliega está mucho menos desarrollada y presenta considerables necesidades de infraestructura. Mientras las y los miembros de la comunidad expresaron sus inquietudes relacionadas con salud ambiental, también enfocaron bastante atención sobre temas de infraestructura que afectan la seguridad pública. Los riesgos de salud ambiental descritos en la Figura 5 se refieren al acopio de desperdicio que en esta sección de la ciudad es irregular. Igualmente, la falta de servicios sociales y la cantidad de lotes abandonados se identificaron como asuntos impactantes en la salud y bienestar de sus habitantes.

Figura 5: 2017 Prioridades del Mapeo (RECIMEC)

Los temas principales en la Zona Alamar son los desagües, falta de infraestructura pública, lotes abandonados, basureros clandestinos, plantas industriales, plantas de reciclaje y alto tráfico debido a empresas como talleres mecánicos y estacionamientos de semitrocas. En la subsección de la zona en la cual reunimos datos calle por calle, encontramos amenazas ambientales considerables. Identificamos 20 desagües contaminados a los cuales estaban expuestos habitantes de áreas residenciales, zonas escolares y senderos/espacios públicos. La actividad industrial ha erosionado la salud ambiental en la región: identificamos 12 centros de reciclaje y 43 plantas manufactureras. Las 28 manufactureras de tarimas, 19 estacionamientos y los 5 talleres mecánicos especializados en semitrocas provocan un elevado tráfico de estos vehículos —también en zonas residenciales y escolares— y han dejado una profunda huella ambiental, especialmente en el área de trabajo del Colectivo (ver Figura 6).

Figura 6: Impactos del Transporte de Carga, Colectivo

Los riesgos a la salud ambiental y la infraestructura están íntimamente ligados en la región del Alamar (ver Figura 7). La irregularidad del acopio de desperdicio genera graves problemas, como 74 basureros clandestinos y seis zonas de quema de basura, especialmente en el área donde trabaja RECIMEC en la cual la quema ilegal es un tema álgido. En la Zona Alamar se encuentran 137 lotes abandonados que se han convertido en un riesgo de seguridad y salud puesto que representan un espacio perfecto para botar basura y/o llevar a cabo actividades ilícitas. También la Zona Alamar está necesitada de infraestructura pública que provea de servicios sociales. Por último, en nuestros esfuerzos de mapeo descubrimos que no hay una sola biblioteca y únicamente encontramos ocho parques para una población de 39,217 personas registradas en el 2010.

Figura 7: Lotes abandonados y tiraderos de basura/desperdicios, RECIMEC

Aunque se requieren mayores análisis de vulnerabilidad, un análisis colectivo de la relación entre los riesgos de salud ambiental y las escuelas confirmaron las ansiedades de muchas y muchos miembros de ambas organizaciones. Por medio de una actividad durante un taller descubrimos que muchos de riesgos de salud ambiental, como basureros clandestinos, soldaduras y manufactureras de tarimas, están demasiado cercanos a las escuelas. Todas las escuelas que analizamos presentaban al menos uno de estos riesgos de salud ambiental en un radio de 250 metros y en el 61% de las escuelas en el área que se mapeó se encuentran al menos diez sitios con riesgos de salud ambiental. Se requieren análisis más profundos para determinar áreas de vulnerabilidad adicionales en la región.

4.2 La influencia en el proceso participativo del Plan Parcial

El proceso de adopción de este reporte es complejo, ya que la administración política ha cambiado el mandato del proceso de planificación urbana en Tijuana. Justo antes de que enviáramos el informe del proyecto de mapeo comunitario a IMPLAN, hubo un cambio en la administración en diciembre del 2016. Por lo tanto, la información que proporcionamos a IMPLAN se revisó cuando la enviamos, el Plan Parcial se removió de las prioridades de la nueva administración de IMPLAN. La nueva administración trajo consigo una nueva prioridad: el Programa de Desarrollo Urbano para la Población Central o el acrónimo PDU CPT (utilizado en adelante). Este plan cubrirá las metrópolis de Tijuana, Tecate y Rosarito. Es un plan urbano a nivel macro que está programado completarse en el 2021. La actual administración de IMPLAN, a partir de 2020, tiene como prioridad este PDU CPT, y a partir de ahí se pretende trabajar en los planes específicos de la comunidad, como el Plan Parcial. Los informantes clave de este proyecto indicaron que es más probable que se revise el Plan Parcial entre 2021 y 2025. La influencia de este proyecto en el proceso de planificación urbana fue 1) la verificación de los datos de uso de suelo que tenía IMPLAN para la región del Alamar, 2) informando el análisis del diagnóstico del plan urbano metropolitano, y 3) destacando la urgencia de implementar el Plan Parcial de la Zona Alamar de una manera oportuna.

Aun que el retraso del Plan Parcial de la Zona Alamar es un retraso para los objetivos del proyecto de mapeo comunitario, los hallazgos del proyecto aún han impactado el proceso de planificación urbana. El impacto principal del proyecto, según las dos representantes del IMPLAN entrevistadas, es que el proyecto proporcionó una importante verificación a la información sobre el uso de la tierra que ya tenía IMPLAN. Delia Castellanos, exdirectora del Departamento Ambiental del instituto, indicó que los datos geo localizados proporcionados por el proyecto del mapeo ayudaron al personal de IMPLAN a verificar la precisión de su información y actualizar los mapas de uso del suelo que ya habían creado. Belen Couoh, Directora de Planificación Urbana y Territorial de IMPLAN, indicó que la contribución de este proyecto es especialmente imperativa, ya que el instituto generalmente carece de personal y fondos para poder realizar un trabajo de campo detallado para verificar la información recopilada por datos de satélite. Por lo tanto, los datos del mapeo de la comunidad fueron fundamentales para recopilar datos precisos y oportunos sobre el uso de la tierra y las actividades en la región, especialmente las que tienen un impacto en la comunidad.

Aunque la información sobre las prioridades específicas de la comunidad y las recomendaciones para las estrategias de planificación urbana aún no se han incorporado en el Plan Parcial, actualmente se están incorporando en el PDU CPT. Esta incorporación en el plan urbano metropolitano tiene dos funciones clave. Primero, crea un vínculo entre los objetivos a nivel macro del plan urbano metropolitano y las necesidades localizadas de la región de Alamar. Segundo, destaca la importancia de revisar el Plan Parcial de manera oportuna después de que el PDU CPT se haya convertido en ley. La influencia del mapeo en la sección de diagnóstico del plan urbano metropolitano permite que exista un vínculo importante entre las prioridades regionales y específicas de la comunidad de la Zona Alamar. Couoh dijo: “Hemos incorporado algunas de las prioridades clave, en torno a la infraestructura pública y los basureros clandestinos, específicamente, al PDU CPT para poder interconectar esta información con lo macro. De esta manera, cuando reiniciamos el trabajo en los planes específicos de la Zona Alamar, podemos prestar atención a estos problemas identificados.” Además, Belén indica que, aun que incluir estos problemas específicos de la comunidad en el plan metropolitano no exige legalmente que se aborden de manera oportuna, sí les da una mayor importancia en el plan de trabajo del IMPLAN. Ella dice, “el hecho de que estos problemas se muestren de una manera tan específica en el PDU significa que tienen una importancia crítica cuando se trata del medio ambiente […] aumenta la importancia de los problemas”. Esta incorporación estratégica en el plan metropolitano es importante para subrayar los problemas ambientales críticos recogidos del mapeo: falta de infraestructura pública y tiraderos clandestinos de residuos.

La tercera influencia que tienen los hallazgos del proyecto de mapeo comunitario en el proceso de planificación urbana es indicar la importancia de implementar un plan comunitario específico para la región de Alamar. El CPT PDU se está terminando en este momento y tendrá un impacto en los planes específicos de la comunidad que serán revisados ​​en los próximos cinco años. La incorporación de los datos del mapeo comunitario ha resaltado las prioridades ambientales clave y ha demostrado la importancia de crear un plan urbano específico para la comunidad en la región de Alamar. Couoh indicó “Si los temas de la región de Alamar no están representados en el plan metropolitano, es complicado abordarlo en nuestro calendario institucional. La incorporación de esta información nos permite abordar las prioridades en un menor tiempo.” Belen Couoh reconoció que desgraciadamente esto no debe parecer una solución al corto plazo para los miembros de la comunidad. Couoh y Castellanos aludieron a la urgencia de estos temas, y cómo el proceso de planificación urbana no está necesariamente alineado con los procesos que están ocurriendo en las comunidades más impactadas.

4.3 Impactos en la capacidad organizativa de la comunidad

Además de influir en los resultados del proceso de planeación urbana, otro de los objetivos del proceso de mapeo fue fomentar la capacidad organizativa de ambos grupos. El Colectivo y RECIMEC tienen como meta forjar en sus comunidades una base de miembros que aborden asuntos del vecindario. Para examinar los impactos del proceso de mapeo en la capacidad organizativa de las y los participantes, se llevó a cabo una corta encuesta en mayo del 2018 durante el evento de cierre del proyecto.

La encuesta incluyó un cuestionario de escala de Likert y secciones para redactar las respuestas. El cuestionario instruyó indicar estar de acuerdo o no estar de acuerdo en respuesta a declaraciones como “Tengo seguridad en mi habilidad para hablar con mis vecinas/os sobre las injusticias de nuestra comunidad” y “Creo que este proyecto contribuirá a mejorar mi comunidad”. Los resultados fueron enormemente positivos, las y los participantes indicaron que el proyecto había sido muy provechoso para ellas/os (resultados claves en la Tabla 1). Un hallazgo interesante fue que la mayoría de las y los participantes reconocieron que el proyecto les había ayudado a identificar problemas en su comunidad y solo algunas/os participantes concluyeron que el proyecto les había ayudado a encontrar soluciones.

Tabla 1: Resultados de la Encuesta del Mapeo Comunitario, Mayo del 2018

Y aunque hubo menos soluciones que problemas identificados durante el proceso de mapeo, hubo al menos dos soluciones claves promulgadas a raíz del proyecto. Primero, el Colectivo pudo comenzar su campaña para identificar las fuentes y los impactos de sitios de aguas contaminantes. Esta había sido una preocupación activa de las y los miembros por años, el proyecto de mapeo proporcionó los puntos de datos para iniciar una investigación sistemática para establecer desde dónde venía el agua contaminada y por medio de una colaboración con investigadores de una universidad, determinar posibles agentes químicos. Segundo, un pequeño grupo de RECIMEC se reunió para hacer una petición formal de postes de alumbrado público para su comunidad. Durante el proceso de mapeo, este grupo identificó al menos ocho postes dañados que requerían atención de autoridades municipales.

Cuando se les invitó a compartir cuál les había parecido la parte más significativa del proyecto, once de quince participantes mencionaron la oportunidad de tejer una red de conexiones con otras y otros organizadores, y de trabajar en colaboración con ellas/os. El proceso de mapeo comunitario presentó un ejercicio de inter-organización y cooperación alrededor de la justicia ambiental, en particular entre activistas con amplia experiencia y residentes con mucha menos experiencia organizando en la comunidad. Una miembra de la comunidad comentó lo mucho que aprecia que “es un grupo tan unido, que todas/os participamos ayudando a nuestra comunidad”. Otro participante agregó que conocer a otras y otros había sido muy importante en su proceso de aprendizaje. Este proyecto de mapeo alcanzó a tener influencia en las soluciones propuestas para las prioridades de justicia ambiental identificadas y aunque relativamente modestas, el impacto integral en la capacidad inter-organizativa fue sólido pues ambas organizaciones continúan trabajando juntas y colaborando en sus metas mutuas.

  1. Discusión

Los hallazgos de nuestro proyecto que identifican las prioridades de salud ambiental están alineados con el campo de justicia ambiental existente. Los riesgos localizados como el tráfico de camiones, talleres de mecánica automotriz e instalaciones nocivas como fabricas se han identificado como problemas claves, históricamente. Sin embargo, además de estos indicadores anticipados, la especificidad de la región fronteriza ha creado riesgos de salud ambiental particulares. Por ejemplo, los talleres de racas no crean necesariamente condiciones peligrosas para los miembros de la comunidad, pero su ubicación dentro de áreas residenciales sí. Dado que los camiones recogen racas para su carga, estos talleres crean problemas de calidad del aire para los residentes. Además, otra prioridad clave que está influenciada por las especificidades de la región fronteriza es la de los basureros clandestinos y lotes abandonados. La ciudad de Tijuana, al igual que otras ciudades industriales fronterizas, enfrentó un rápido desarrollo y muchas áreas han experimentado diferentes oleadas de construcción en áreas residenciales debido a factores como la migración interna y externa. Esto ha dejado regiones de la ciudad como la Colonia 10 de Mayo con muchos lotes abandonados que se convierten en sitios de basureros clandestinos. Estos vertederos exponen a los residentes a desechos domésticos e industriales.

Las prioridades de salud ambiental identificadas por el proyecto de mapeo comunitario son importantes para ampliar la comprensión de las experiencias localizadas de la justicia ambiental fronteriza[28]. Es importante resaltar los tipos de experiencias que tienen los residentes en su medio ambiente y su salud para poder identificar futuras campañas de investigación y abogacía. Los hallazgos de este proyecto contribuyen al campo de la justicia ambiental global al señalar los tipos de actividades y riesgos que tienen confluencia con otros movimientos de justicia ambiental y los problemas que son específicos de la región fronteriza México-Estados Unidos.

Nuestros resultados se alinean con algunos de los hallazgos clave en el campo de los Sistemas de Información Geográfica Participativas (PPGIS). Una pieza clave del mapeo comunitario en el proceso de PPGIS es que los miembros de la comunidad utilicen su conocimiento local para informar la valoración de lugares particulares y las condiciones en las que influyen[29]. A través de nuestro análisis con representantes de IMPLAN, encontramos que los resultados del mapeo comunitario han informado el proceso de diagnóstico del plan urbano metropolitano. Los datos geográficos de riesgo para la salud ambiental sirvieron como base para la información limitada que la agencia tenía sobre la región este de la ciudad. Estos datos informaron los problemas críticos que el plan urbano metropolitano debe delinear como prioridades para el desarrollo urbano y la zonificación. Sin embargo, nuestro análisis subraya una dinámica criticada en la que los datos de mapeos comunitarios se utilizan a menudo en la etapa de identificación de problemas del proceso de planificación urbana y menos en la etapa de intervención[30]. Aun que los representantes de IMPLAN aludieron a que hubo cierta influencia en la creación de intervenciones para la región de Alamar, hasta la fecha no hay ejemplos concretos de esto en acción.

Se ha demostrado que un proceso de mapeo comunitario como este tiene diferentes impactos en la capacidad y organización de la comunidad. Las influencias clave de este proyecto fueron la construcción de una coalición entre el Colectivo e RECIMEC, así como la creación de capacidad para que estos miembros de la organización participen en el proceso de planificación urbana. Tener una colaboración horizontal entre las organizaciones de justicia ambiental en las ciudades fronterizas es fundamental para construir una base común para la abogacía. A través del proyecto del mapeo comunitario, las dos organizaciones pudieron trabajar juntas en equipos y comprender mejor las prioridades comunitarias de cada una. Las interacciones con los representantes de IMPLAN ayudaron a los miembros de la organización a comprender el proceso de planificación urbana y a identificar cómo pueden intervenir en él, un resultado identificado en otros proyectos comunitarios también[31]. Otro impacto crítico que tuvo este proyecto en la organización comunitaria fue el fomento de las relaciones entre los miembros de Colectivo, RECIMEC e IMPLAN. Hasta la fecha, los miembros de la organización Colectivo y RECIMEC continúan teniendo una línea abierta de comunicación con los representantes de IMPLAN en torno al desarrollo urbano y la zonificación en su región. Este tipo de construcción de relaciones es fundamental para poder alcanzar los objetivos como organizaciones.

Este proyecto de mapeo comunitario también enfrentó limitaciones importantes en su impacto. Primero, el rápido desarrollo urbano que enfrentan las ciudades industriales urbanas como Tijuana significa que la dinámica urbana está cambiando rápidamente. Incluso dentro de la brecha de dos años que vimos en nuestro proyecto entre la recopilación de datos de 2015 y 2017, vimos un cambio en el uso de la tierra. Por lo tanto, una recomendación para este proceso de planificación urbana es financiar y apoyar una actualización del proyecto del mapeo comunitario cada pocos años, y definitivamente antes de la publicación del Plan Parcial de la Zona Alamar en 2025. En segundo lugar, el Plan Parcial de la Zona Alamar incluye un área más amplia de la que las dos organizaciones involucradas tienen la capacidad de trabajar. Todavía hay otras colonias con las que participan en la recopilación de datos a nivel de calle y la identificación de prioridades. Una recomendación clave que se propone aquí es ampliar los datos para incluir otras comunidades de la región. Especialmente, el barrio de La Torres sería una adición importante. A partir de este proceso de proyecto de mapeo comunitario, identificamos un alto impacto de carga y muy pocas escuelas en esa Colonia.

  1. Conclusiones

Nuestros hallazgos apuntan a desafíos ambientales particulares en esta ciudad fronteriza, incluyendo los basureros clandestinos, y una contribución importante al plan urbano metropolitano a través de la identificación de problemas y la verificación del uso de suelo. El proyecto de mapeo comunitario también tuvo un impacto clave en la organización comunitaria a través del fomento del conocimiento y las relaciones entre los miembros de la comunidad y los representantes del gobierno en la agencia de planificación urbana de la ciudad. Estos resultados contribuyen a los campos de la justicia ambiental y los sistemas de información geográfica participativas. Además, los resultados apuntan a los próximos pasos que pueden emprenderse para continuar la participación pública en el proceso de planificación urbana y desarrollar la capacidad comunitaria para esta participación.

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[13] Minguillón et al., 2014; Takahama et al., 2013

[14] Al-Delaimy, 2014; Nava-Martinez, 2012

[15] Brown and Fagerholm, 2015

[16] Brown, 2006; Brown & Weber, 2012c; Pocewicz & Nielsen-  Pincus, 2013; Raymond & Brown, 2007 IN KEY ISSUES

[17]  Parker 2005, Perkins, 2007

[18]  Raymond et al., 2016

[19] Pedregal et al., 2020

[20]  Brown and Kyttä, 2014, Rall et al., 2019, Rickenbacker YEAR

[21]  Rall et al., ___

[22]  Brown & Kyttä, 2014; Kahila & Kyttä, 2009

[23] Puustinen, 2006

[24]  Corbett et al., 2016; Jelks et al., __

[25]  Alcorn 2000; Bird 1995; Brody 1981; Flavelle 1995; Harris and Weiner 2002; Kyem 2002; Momberg and others 1994; Poole 1995; Stockdale and Corbett 1999

[26]  Meredith et al., GIS book

[27] Barndt, GIS and CP book

[28] Carruthers, 2008; Prado, 2019

[29] Parker 2005, Perkins, 2007

[30] Brown y Kyttä, 2014, Rall et al., 2019, Rickenbacker, 2019

[31] Meredith et al.

Erik, octubre 2020

Ser miembro de este grupo de inspiradores y soñadores con un mismo objetivo de crear consciencia de cómo estamos acabando con el medio ambiente da esperanza de saber que estamos a tiempo de poder ser la inspiración de más personas y que juntos podemos tener un mejor futuro y cambiar nuestra huella ecológica.

Erik Axel, miembro desde los 10 años, ahora estudiante de Ingenieria Ambiental.